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Espacios protegidos

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  • Espacios Naturales Protegidos

    De acuerdo con la Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y la Biodiversidad, tienen la consideración de Espacios Naturales Protegidos aquellos «espacios del territorio nacional, incluidas las aguas continentales y las aguas marítimas bajo soberanía o jurisdicción nacional, incluidas la zona económica exclusiva y la plataforma continental, que cumplan al menos uno de los requisitos siguientes y sean declarados como tales:

    • Contener sistemas o elementos naturales representativos, singulares, frágiles, amenazados o de especial interés ecológico, científico, paisajístico, geológico o educativo.
    • Estar dedicados especialmente a la protección y el mantenimiento de la diversidad biológica, de la geodiversidad y de los recursos naturales y culturales asociados.

    La Legislación estatal prevé cinco figuras de protección (Parques, Reservas Naturales, Áreas Marinas Protegidas, Monumentos Naturales, Paisajes Protegidos); la legislación autonómica relativa a la conservación de la naturaleza incrementa las denominaciones elevando la tipología de espacios naturales a más de 40.

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  • Red natura 2000

    La Directiva de Hábitat 92/43/CEE obliga a todos los Estados Miembros de la Unión Europea a entregar una lista nacional de lugares de importancia comunitaria según sus Anexos, la cual, en sucesivas fases, se transformará a Lista de Lugares de Importancia Comunitaria (LIC) y después en Zonas de Especial Conservación (ZEC). Tales ZEC, junto con las Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA), conforman la futura Red Natura 2000.

    Su finalidad es asegurar la supervivencia a largo plazo de las especies y los tipos de hábitat en Europa, contribuyendo a detener la pérdida de biodiversidad. Es el principal instrumento para la conservación de la naturaleza en la Unión Europea.

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  • Áreas protegidas por instrumentos internacionales

    De acuerdo con la Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, tienen la consideración de áreas protegidas por instrumentos internacionales todos aquellos espacios naturales que sean formalmente designados de conformidad con lo dispuesto en los Convenios y Acuerdos internacionales de los que sea parte España y, en particular, los siguientes:

    • Los Humedales de Importancia Internacional, del Convenio de Ramsar.
    • Los sitios naturales de la Lista del Patrimonio Mundial, de la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural.
    • Las áreas protegidas del Convenio para la protección del medio ambiente marino del Atlántico del nordeste (OSPAR)
    • Las Zonas Especialmente Protegidas de Importancia para el Mediterráneo (ZEPIM), del Convenio para la protección del medio marino y de la región costera del Mediterráneo.
    • Los Geoparques, declarados por la UNESCO.
    • Las Reservas de la Biosfera, declaradas por la UNESCO.
    • Las Reservas biogenéticas del Consejo de Europa

    El régimen genérico de protección de estas áreas será el establecido en los correspondientes Convenios y Acuerdos internacionales.
    La información oficial de cada una de las áreas protegidas por instrumentos internacionales existentes en España constará en el Inventario Español de Espacios Naturales Protegidos, Red Natura 2000 y Áreas protegidas por instrumentos internacionales, pendiente de instrumentación reglamentaria.
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Nombre Figura de protección Descripción
Puntallana Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
La reserva de Puntallana comprende dos unidades geomorfológicas bien definidas, el barranco de La Sabina y la loma izquierda del mismo y el domo de Aluce. En la costa hay una acantilado marino de cierta longitud y una plataforma de abrasión con una duna fósil. El domo se compone sobre todo de materiales basálticos subcrecientes y está coronado por manifestaciones sálicas puntuales. En el barranco de La Sabina se asienta una comunidad vegetal xérica de tabaibas, balos y cardones, donde sobresalen nutridas poblaciones de la tabaiba gomera (Euphorbia bravoana). en los acantilados costeros abundan las plantas halófitas rupícolas, y en la plataforma de Puntallana hay una buena representación de comunidades vegetales de zonas arenosas influenciadas por la maresía. Hay que decir, sin embargo, que en este lugar crecen también pinos raquíticos repoblados hace muchos años, que se entremezclan con tabaibas dulces (Euphorbia balsamifera). Puntallana alberga un yacimiento fósil y una muestra empobrecida de limícolas que antaño era más rica, sobre todo en torno a los arrecifes y aguas someras de una pequeña laguna litoral. En este lugar se han visto también en varias ocasiones halcones, aunque no hay confirmación de tales citas, y años atrás, antes de que se construyera la pista que de acceso a la isla baja, las costas eran recorridas habitualmente por parejas de águila pescadora (Padion haliaetus). En la duna fósil hay restos de faunas pretéritas hoy extinguidas, como lagartos gigantes (Gallotia goliath) de más de un metro de longitud. Incrustados entre las arenas organógenas aparecen también restos de caracoles terrestres de los géneros Pomatias, Canariella y del ultradiversificado endemismo Hemicycla. El nivel inferior del depósito marino y tiene diversos bivalvos y otros micromoluscos. Los usos más acuciantes de este espacio se concentran en el acantilado costero y a la plataforma de Puntallana, y son escasos en el barranco de La Sabina donde tan sólo es destacable cierta actividad ganadera. No obstante, dicha actividad ocasiona importantes daños en la flora, con notorias afecciones a las poblaciones de tabaibas. A Puntallana se accede por una pista objeto de un importantísimo tránsito rodado y peatonal, sobre todo durante las fiestas patronales de La Gomera, cuando multitud de peregrinos vivistan la ermita de La Virgen de Guadalupe. La ermita es un centro tradicional de reunión, cuya afluencia se ha incrementado notablemente a raíz de la construcción de una pista de acceso. Paralelamente, en los últimos años ha proliferado las chabolas en torno a la misma y la llegada de vehículos, cuyo daño se ha hecho notar devastadoramente. Prácticamente en toda la plataforma de Puntallana abundan los cúmulos de basura, de los que tampoco se libran los acantilados costeros que en la misma entrada del espacio, en la punta de Avalo, son objeto de vertidos de escombros y basuras.
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Majona Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
El parque natural de Majona es una de las áreas naturales agrestes de La Gomera. Ocupa un sector al noreste de la isla, de orografía accidentada e incidido por dos grandes barrancos, el de Majona y el de Juel (el primero incluye la ramificación del barranco del Galión). Ambos barrancos descienden desde los altos de Enchereda, dejando entre sí interfluvios prominentes sobre materiales basálticos antiguos. El gradiente entre el nivel del mar y los más de 1.100 m de altura que abarca este espacio determinan la presencia de gran variedad de hábitats en su interior, con cardonales y tabaibales en la banda xérica de la costa y medianías, un fayal-brezal en buen estado en las zonas altas y vestigios de laurisilva en los fondos de barranco. Buena parte de las medianías están ocupadas por pinares de repoblación (Pinus canariensis, P. radiata y P. halepensis) y por sabinas y acebuches dispersos. La flora encuentra entre esta amalgama de hábitas una excelente representación, con especies amenazadas como cardoncillos (Ceropegia dichotoma kranzii), beas (Aeonium gomerense) y tabaibas (Euphorbia bravoana). Las cumbres de este espacio conforman una localidad clásica de la bella mariposa trópico-africana Danus chrysippus. Se trata de una especie de gran tamaño -hasta 7 cm de envergadura-, cuyas orugas se alimentan de asclepias, y que se conoce popularmente como "monarca africana" o "danaida dorada". El área protegida abarca algunos caserios aislados, como las casas de Taguluche y Enchereda, ambos con un contadísimo número de habitantes que se dedican preferentemente a actividades agrícolas de autoconsumo complementadas con prácticas ganaderas. La cabecera de los barrancos está recorrida por una pista que parte de la carretera que viene de San Sebastián y que llega hasta Taguluche, al norte del parque natural. El barranco Majona fue un lugar de enterramiento donde se encontró un importante yacimiento sepulcral -hoy desmantelado por su descubridor-. con un elevado número de individuos.
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Roque Cano Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
El roque cano es un pitón fonolítico que destaca en el relieve norte de La Gomera y cuya formación se asocia a procesos eruptivos que tras atravesar el complejo basal de la isla afloraron en superficie. Sus paredes se muestran completamente verticales con típicas disjunciones de enfriamiento en las zonas mmás expuestas, y el acceso a su cúpide resulta harto dificultoso. Este roque constituye un santuario biogenético de excepcional valor, que alberga una magnífica representación de flora rupícola -de las mejores de la isla-, donde no faltan elementos amenazados como la magarza gomera (Gonospermum gomerae), la ruda gomera (Ruta microcarpa), y una decena de especies más. Tampoco faltan elementos muy raros como el magnífico Senecio hermosae, que también se conoce en el roque de Agando. Entre dichas plantas rupícolas, se pueden observar también especies de mayor porte, como sabinas, achaparrados acebuches, etc. La inaccesibilidad del roque es la mayor garantía de su conservación y la razón de la casi inexistencia de usos. Sólo en las laderas de la base de los paredones más verticales, donde la pendiente lo permite, hay restos de bancales donde se cultivaban viñas.
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Roque Blanco Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
Peñasco fonolítico, formado por materiales similares a los de roque Cano, que limita por el sur con el parque nacional de Garajonay, de hecho, parte de la unidad estructural del roque está en su interior. Se localiza en una de las zonas más antiguas de la isla. En su accidentado relieve de laderas y acantilados se instala una formación de fayal-brezal más o menos densa, y en los escarpes más verticales predominan las plantas de paredones rupícolas. En este lugar se refugia la mejor población de madroños (Arbutus canariensis) de la isla y una de las más importante del archipiélago. Lo abrupto del terreno dificula el acceso, por lo que apenas soporta usos, salvo el pastoreo de forma residual. La zona norte está recorrida por una carretera que lleva al caserío de Las Rosas.
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La Fortaleza Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
Se trata de una colosal manifestación traquítica producida por la acumulación de lava muy viscosa en torno al propio conducto de emisión. Todo su flanco oriental está muy desmantelado al encontrarse en el borde de la cuenca de recepción del barranco de Erques. Su perfil presenta una configuración en meseta con paredes escarpadas y abundantes fracturas generadas durante el enfriamiento de la colada. Todas las caras de este roque se muestran casi verticales, por lo que albergan una rica flora propia de paredes, con especies amenazadas como la centaurea (Cheirolophus sataraënsis), o la siempreviva (Limonium redivivum), entre otros raros endemismos. En las paredes viven también arbustos, como acebuches (Olea europaeus) y brezos (Erica spp.), que crecen entre las grietas de los acantilados más expuestos. Las laderas menos inclinadas albergan un jaral ralo acompañado de abundantes gramíneas. Aunque se puede ascender a lo alto del roque por un camino perfectamente transitable, la afluencia de visitantes no es excesivamente alta, y tampoco se conocen otros usos destacados que le afecten. En la atalaya de la cumbre hay vestigios de un antiguo uso aborigen, por lo que a su interés geológico y paisajístico habría que sumar el de índole cultural.
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Barranco del Cabrito Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
El abrupto relieve del Cabrito configura una zona de barrancos típicos gomeros incidida en basaltos subcrecientes, donde la erosión continuada a lo largo de varios millones de años ha labrado una orografía intensamente accidentada con enormes diques transversales. Comprende en realidad dos barrancos, el de Juan Vera y el de La Guancha, separados entre sí por un interfluvio, donde se erigen espectaculares roques como los del Sombrero y el de Magro. Ambos roques son productos de una erosión diferencial sobre restos sálicos de viejas manifestaciones domáticas, llevada a cabo por los agentes modeladores del relieve. Resulta igualmente prominente el risco de la Amargura, de 260 m de altura, en la zona costera del monumento natural. Entre los abundantes escarpes dominan las plantas rupícolas, con cierta representación de cardonales aislados. En los piedemonte y fondos de barranco, la vegetación es de matorral con proliferación de balos (Plocama pendula), aulagas (Launaea arborescens) y tabaibas (Euphorbia berthelotii), entre otras especies xerofílas. En las laderas se aprecian algunas concentraciones de cardones (Euphorbia canariensis) y palmera (Phoenix canariensis); éstas son particularmente abundantes en la cabecera el barranco de Juan Vera, donde se concentran más de 2.000 ejemplares. La fauna vertebrada es fundamentalmente ornítica, con camineros, jilgueros, cernícalos, etc., y en los acantilados costeros se pueden observar pardelas (Calonectris diomedea) y, esporádicamente, águilas pescadoras (Pandion haliaetus). Las laderas de los barrancos contiene restos de antiguas parcelas de cultivo abandonadas, caracterizando uno de los hermosos paisajes abancalados que tanto abundan en esta isla. El ganado, sobre todo caprino, deambula por entre los bancales y en las vertientes más verticales, constituyendo el uso más relevante que soporta esta área. En la desembocadura del mismo barranco, en un sector fuera de los límites del espacio natural, se asienta el caserío del Cabrito junto a la playa del mismo nombre. Por otro lado, en la cabecera del barranco de Juan Vera se encuentran las poblaciones de Vegaipala y Jerduñe, parte de las cuales afectan al espacio protegido. Se componen sobre todo de casas antiguas de interesante arquitectura tradicional, donde habita menos de un centenar de personas.
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Lomo del Carreton Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
El lomo del Carretón constituye una faja acantilada de coladas horizontales, que discurre entre los 450 m y los 850 m de altura, desde las estribaciones del macizo de La Mérica, hasta cerca de Epina. Supuestamente, estos basaltos pertenecen a las coladas que rellenaron la gigantesca depresión que en otro tiempo ocupó el centro de La Gomera. Entre los cortados escarpes sobresale una flora riquísima, con una gran concentración de endemismos (Pimpinella junoniae, Sideritis nutans, etc), donde no faltan especies amenazadas y protegidas como la tabaiba Euphorbia lambii y el cardoncillo (Ceropegia ceratophora). La vegetación más conspicua se compone de especies mayores como el barbuzano negro (Apollonias barbujana ceballosi), el marmulano (Sideroxylon marmulano) y el madroño (Arbutus canariensis), junto a pequeños pinares (Pinus halepensis y P. radiata), resultado de antiguas repoblaciones. El carácter acantilado de este espacio determina que apenas haya usos en su interior. En su extremo meridional se encuentra la ermita del Monte Santo, a la cual se accede por un sendero en buen estado que parte desde Arure y recorre el acantilado. Cerca del límite inferior, próximo a la población de Taguluche, hay algunas construcciones y bancales, y en las zonas de menor pendiente se practica algo de pastoreo. La abrupta orografía de este espacio no ha impedido que sea atravesado en varios lugares por senderos que asicenden desde Taguluche y Alojera.
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Orone Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
El paisaje protegido de Orone abarca dos grandes barrancos, el de Erques-La Rajita y el de La Negra, y en su interior se encuentra el monumento natural de La Fortaleza. Toda la parte alta de este espacio se incide en materiales antiguos, mientras que la parte baja y costera es más reciente, lo cual determina una orografía más accidentada y de perfiles acentuados. En la parte alta sobresalen varios elementos geomorfológicos prominentes, como los roques de Imada, Teremoche y La Fortaleza, este último en la cabecera del barrancos de Erques. El barranco de Erques es con el de Santiago, de los más grandes de la isla. Su cabecera está presidida por la Fortaleza de chipude, y el sector de barranco que continúa descendiendo desde aquí se le conoce también como de Santa Catalina primero, y de La Rajita después, ya hasta la desembocadura. La vegetación general de todo el espacio se caracteriza por la abudancia de balos, aulagas y tabaibas en las zonas más bajas, y de jarales y tupidos codesares, en las más altas. Además, en distintos lugares se aprecian concentraciones de cardones en laderas expuestas, de palmeras en vaguadas y vertientes poco inclinadas, y de sabinas en las márgenes del barranco de La Negra. En la zona alta del espacio también hay bosquetes de fayal-brezal y de pinos; algunos fruto de antiguas repoblaciones (Pinus radiata y P. canariensis) y otros de origen natural (pinar de Imada). Los acantilados costeros, sobre todo los del barranco de La Negra, albergan buenas poblaciones de pardelas (Calonectris diomedea, Puffinus assimilis), contando también con la presencia de petrel de Bulwer (Bulweria bulweri) y paiño común (Hydrobates pelagicus). En gran parte de las laderas de los barrancos y en las cuencas de cabecera, se aprecian restos de bancales, y dentro de este espacio se sitúan los caseríos de Erques y Erquito, cuyos habitantes practican sobre todo una agricultutra de subsistencia y una escasa ganadería de gran tradición. El caserío de Erquito está abandonado. Otros núcleos destacados son Igualero y La Rajita; este último es un pequeño asentamiento temporal en la desembocadura del barranco de Erques asociado, con el asentamiento de La Dama, a una extinguida industria conservera situada junto a la playa. Hay otros caseríos abandonados, vestigios de una actividad agrícola más instensa en el pasado, como las casas de Ararar y San Lorenzo.
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Charco del Conde Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
Charco en la costa de Valle gran Rey formado por un entrante de mar flanqueado por arrecifes. En varios lugares en torno al charco se acumula una delgada banda de arenas negras y una exhuberante vegetación de tarajales (Tamarix canariensis). Las poblaciones de Tamarix, que se alternan con otras plantas halófilas como el balancón (Traganum moquinii), etc., constituyen el recurso natural más relevante de este sitio, aunque también se pueden observar aves limícolas, sobre todo en los arrecifes costeros más externos del espacio. El límite de este espacio está demarcado por un área urbana que ha hecho retroceder con el tiempo la superficie natural del charco. La proximidad de una carretera, apartamentos y restaurantes, determina que el lugar sea muy frecuntado por bañistas y personas que simplemente transitan por el paso litoral de las urbanizaciones.
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Charco de Cieno Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
Se trata de un charco somero y cenagoso, cuyas aguas son de procedencia marina, fruto de infiltraciones a través de una delgada barrera litoral que lo separa de la costa. A pesar de lo exiguo de sus dimensiones, constituye un humedal de notable importancia. Rodeando el charco hay abigarradas e impenetrables poblaciones de brusca (Salsola marujae) y balancón (Traganum moquinii), entremezcladas con otras especies de saladares como juncos (Juncus acutus) y tarajales (Tamarix canariensis). Destacan también poblaciones de fanerógamas marinas como Ruppia maritima y de algas corofitas como Cladophora vagabunda, sobre todo la primera, que confiere al agua un característico color verde-azulado. Las flores acuáticas de Ruppia han perdido a lo largo de su evolución las partes más vistosas, ya que su vehículo polinizador es el agua. Sus semillas se dispersan fácilmente por ornitocoria, es decir, gracias a las aves acuáticas que visitan los charcos salinos. Este aspecto, unido a su gran resistencia a la sequía determian que sean plantas bastante cosmopolitas en hábitats hidrofíticos.Las aves limícolas son visitantes asiduos de este lugar y podemos encontrar zarapitos, vuelvepiedras, chorlitejos, etc. El charco está flanqueado, tierra adentro, por unos pequeños montículos que lo hacen visible desde la transitada pista que se dirige a la playa del inglés, por ello, el lugar es poco visitado, a no ser por los bañistas que recorren la zona de costa. En los límites de este espacio hay varias construcciones urbanas, cuya expansión piodría afectar a la conservación del charco.
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Parque Nacional del Teide Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
El área delimitada como parque nacional comprende una gran caldera ovoidal de 14 Km de diámetro mayor, que inclluye en realidad dos calderas menores a diferentes altura, separadas por los roques de García. Aunque se postulan varios orígenes para esta caldera, la teoría más aceptada supone un hundimiento del sustrato debido al desequilibrio creado por el vaciamiento parcial de una gigantersca cámara magmática sobre la que se desarrollaba un estratovolcán en meseta de unos 3.000 m de altura. Dicho vaciamiento fue en parte producto de intensas erupciones como las que asolaron el sur de Tenerife en forma de mantos puzolánicos de los que hay una excelente muestra en el monumento natural de los Derriscaderos. Tras el hundimiento acaeció un proceso erosivo intenso hacia el norte, que seguramente amplió la caldera, de tal forma que los escarpes actuales que la circundan no se corresponden exactamente con los límites originales del colapso. Posterior a todo este proceso, en el Pleistoceno, se construyó el actual estratovolcán Teide-Pico viejo, que con sus 3.717 m corona la isla y representa la máxima altura de Canarias y de España. El sector este de la caldera, de casi 5 Km de longitud, incluye la degollada del Portillo y también formaciones prominentes como la de El Cabezón (2.172 m s.n.m.) y La Fortaleza, que forman parte del llamado macizo de Tigaiga, el cual desciende hacia el norte alcanzando casi la costa en el paisaje protegido de los Campeches, Tigaiga y Ruíz. Las paredes sur y oeste de la caldera incluyen una hilera de picos de unos 22 Km de larga, con altura siempre sobre los 2.000 m, que son los restos del antiguo edificio cortado por el colapso que originó la caldera, por lo que muestran un ligero buzamiento hacia el exterior. Esta alineación está constituida por el Risco Verde, La Papelera, Mesa del Obispo, montaña de La Angostura, lomo de La Gatera, Topo de La Grieta, el Topillo, roque de La Camellita, roque de La Grieta, montaña Pasajirón, Guajara, montaña de La Corona, degollada del Riachuelo, mesa y cumbres de Ucanca, Sombrero de Chasna, roque de Los Almendros, La Cachucha, El Sombretiro, boca de Tauce, morro de La Casa, montaña de Cangarro, Tiro del Guanche, montaña Chavao y roque del Cedro. La altura más prominente es la de Guajara, con 2.715 m s.n.m. La vegetación dominante es el matorral de alta montaña, pero también hay una óptima representación del piso cacuminal, que ocupa las zonas de mayores rigores climáticos donde sólo crecen unas pocas fanerógamas, la violeta del Teide (Viola cheiranthifolia) y, en los bordes de fumarolas, la borriza de cumbres (Gnaphalium teydeum). La flora dominante a estas altura, a pesar de que tampoco es muy frecuente, se compone de líquenes saxícolas y de musgos en las fumarolas.El matorral del Teide está dominado por pocas especies: codesos (Adenocarpus viscosus), retamas (Spartocytisus supranubios) y hierba pajonera (Descurainia bourgaeana), En total se conocen 139 especies de flora vascular en el parque, una tercera parte de las cuales son endémicas de Canarias, y quince especies son exclusivas de él. Entre esta últimas destacan elementos en peligro de extinción como el cardo de plata (Stemmacantha cynaroides), la jara de cumbres (Cistus osbaeckiaefolius) y el taginaste azul (Echium auberianum). Para alguna de estas especies (Stemmacantha cynaroides, Bencomia exstipulata y Helianthemum juliae) se han puesto en marcha planes de recuperación y se ha procedido a la reintroducción en sus hábitats naturales. La fauna del parque está dominada por los invertebrados, más de 400 especiescon un altísimo porcentaje de endemicidad (casi el 70%), donde los insectos son el grupo más abundante. Los vertebrados cuentan con las mismas especies de aves de los ecosistemas de menor altura, que ascienden hasta las Cañadas cuando el tiempo se lo permite (gavilanes, herrerillos, alcaudones, etc.), y entre los mamíferos destacan los erizos (Atelerix algirus), dos murciélagos -el montañero (Pispistrellus savii) y el nóctulo común (Nyctalusleisleri)- y el muflón (Ovis ammon). Est último, introducido por motivos cinegéticos en 1970, se ha adaptado perfectamente a las condiciones del parque y sus alrededores, siendo también abundante en algunas zonas del parque natural de Corona forestal. Su presencia constituye en la actualidad un problema de conservación que reclama una solución pronta, dado que su dieta dincluye muchas de las plantas endémicas y amenazadas de esta zona. Las Cañadas alberga una riqueza arqueológica excepcional, debido a que fue un lugar tradicional de visita par los aborigenes en las épocas estivales, cuando el pasto para el ganado en las zonas de medianías y bajas estaba agostado. Esta trashumancia periódica se realizaba de forma que los pastores cada menceyato ocupaban Las Cañadas siempre la misma zona. Pero Las Cañadas tenían además cierto carácter sagrado, por lo que no es de extrañar la abundancia de sepulturas, las cuales se caracterizan por la presencia de una ajuar diferente al de los centros costeros. Los usos actuales son escasos debido a la condición de parque nacional de este área, y están restringidos sobre todo las actividades recreativas y educativas. El parque está atravesado por una carretera muy frecuentada, que une La Laguna, por toda la dorsal de la isla, Guía de Isora y Vilaflor -al oeste y suroeste, respectivamente-. Este hecho, el poderosos atractivo turístico del Teide, al cual se puede ascender por un teleférico, y la singularidad del paisaje volcáncio de las cumbres, explica que el número medio de vivistantes al año supere ampliamente los dos millones. En las estribaciones del parque se encuentra El Portillo, una población de escaso número de habitantes y claro carácter de segunda residencia. Dentro del parque se encuentra el parador nacional de Las Cañadas del Teide, construido antes de la declaración del espacio protegido y continúa en uso. También hay algunas construcciones clandestinas que generan no pocos problemas de conservación, como las que se encuentran enmascaradas entre los malpaíses próximos al Sanatorio.
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Ijuana Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
Ocupa la zona suroriental de la península de Anaga, con abruptos barrancos separados por interfluvios con forma de cuchillo. La reserva comprende un gradiente altitudinal desde la costa hasta los 600 m de altura, que incluye en su totalidad los barrancos de Ansoma y el Palmital. La costa es escarpada con grandes acantilados como los de la punta de Anaga, pero se suaviza en la desembocadura de los barrancos donde en algunos casos, como en Ijuana, hay playas de arena negra. En este paisaje xérico modelado por la erosión, los cardonaes y tabaibas, así como su flora asociada, encuentran una de los mejores representación de la isla. En algunos pitones inaccesibles como el de Juan Bay o las vertientes verticales de los barrancos, se refugian interesantes plantas rupícolas, con especies como una forma de tomillo (Satureja rivas-martinezii) o una lengua de pájaro suculenta (Polycarpaea carnosa). Estos barrancos pueden llevar agua esporádicamente, y en su cauce se asientan comunidades riparias dominadas por juncos. En la parte alta de esta área la mayor humedad permite la aparición de masas forestales de laurisilva en muy buen estado de conservación. El uso público en esta reserva se limita a algunos cazadores y eventuales excursionistas, sobre todo en las zonas de orografía más abrupta; los escasos senderos que la recorren discurren por las lomas, y sólo cerca de la desembocadura de los barrancos desciende al cauce. En cambio, en la zona de cumbres hay más transito, sobre todo el las inmediaciones de la carretera que conduce a Chamorga.
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Pijaral Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
El Pijaral se encuentra en la ladera norte de la zona central del macizo de Anaga, donde se localizan fuertes pendientes exhaustivamente pobladas por comunidades boscosas que apaciguan notoriamente la erosión. El área protegida está entre los 700 m y los 1.000 m de altura, por lo que se encuentra directamente enfrentada al embate de los vientos húmedos del alisio. Este lugar alberga una de las mejores muestras de laurisilva higrófila de Canarias y, desde luego, la más rica florísticamente. Entre los abundantes endemismos hay muchas especies amenazadas, como la adelfa del monte (Euphorbia mellifera), una esparraguera (Asparagus fallax), el sauco (Sambucus palmensis), etc., y para algunas de ellas, la reserva aberga la mayor parte -cuando no la totalidad- de sus efectivos poblacionales de palomas de laurisilva (Columba bollii y C. junoniae), junto a otras especies de la ornitofauna de dicho bosque. Los invertebrados están bien representados, con interesantes muestras de comunidades lapidícolas y humícolas. Los usos son escasos debido a la dificultad de acceso a las grandes pendientes que caracterizan la zonas. Hay uns sendero denominado el Pijaral, que recorre la reserva y recibe cierta influencia de visitantes; lo mismo ocurre con otro sendero que discurre por la dorsal y que pasa por los roques de Chinobre y Anambro. En ambos caminos se pueden encontrar fuentes naturales que brotan de las paredes, debido a que discurren por zonas de gran humedad.
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Los Roques de Anaga Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
Esta reserva se compone de dos roques aislados en frente de la costa noreste del parque de Anaga, merced a la acción erosiva marina que ha hecho retroceder una antigua línea de costa en más de un kilómetro y medio. Se trata de dos pitones sálicos pertenecientes a la serie antigua de Anaga, constituidos principalmente de fonolitas. El roque de Dentro o de Tierra es de mayor tamaño, con 180 m de altura y una extensión de 7 Has. Está conectado con Anaga a través de un brazo semisumergido de tierra, transitable durante la marea baja, de unos 200 m de longitud. El roque es bastante abrupto y resulta difícil de ascender, sobre todo en su cúspide, donde se localiza un peñasco de paredes casi verticales conocido como La Pica. El roque de Fuera es más pequeño, tiene poca más de 3 Has de superficie. Su forma es alargada, con dos vérices, el Picacho y La Pica de Tierra, de unos 66 m de altura cada uno. En su vertiente oriental existe una ladera conocida como Pedrero, que toma su nombre del acúmulo caótico de rocas fragmentadas que la cubren. Este roque es también muy abrupto, aunque transitable en su mayor parte. La fauna vertebrada es destacada, con la presencia de varios endemismos y algunos, como el lagarto gigante del roque de Fuera (Gallotia galloti insulanagae), tiene aquí su única población conocida. Entre la avifauna sobresalen valiosas poblaciones nidificantes de pertrel de Bulwer (Bulweria bulwwerii) -la mejor de Canarias- , de paiño de Madeira (Oceanodroma castro) y de pardelas (Calonectris diomedea) entre otras especies. La vegetación se compone de especies más o menos xerofíticas y halófilas. En la cima del roque de Tierra sobresale un espectacular bosquete de dragos, de casi un centenar de ejemplares, y en este mismo roque hay indicios de la antigua presencia de un sabinar (Juniperus phoenicea), que posiblemente fue talado en los años treinta. De las 65 especies de flora vascular censada en ambos islotes, destacan algunas formas raras, como una corregüela (Convolvulus fruticulosus), varios bejeques (Aeonium haworthii) y un corazoncillo amenazado (Lotus maculatus), del cual se conocen contadísimos ejemplares en el roque de Tierra. Esta última especies está estrictamente protegida por el convenio internacional de Berna. Los roques han sido tradicionalmente objeto de visitas para mariscar y cazar pardelas, actividades actualmente prohibidas y de notable impacto ecológico. También son zonas clásicas de pesca, aunque la dificulta del acceso no los hace excesivamente apetecibles. Durante la primera mitad de est siglo, el roque de Tierra se utilizó para encierro temporal de cabras, y puede que antes haya tenido ya un destino similar. Hay evidencia de presencia humana en períodos prehispánicos, según se desprende de los hallazgos de una cueva sepulcral en un lugar casi inaccesible de las paredes del roque de Tierra.
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Pinoleris Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
La reserva se localiza en la ladera que cierra el valle de La Orotava por su flanco oriental. Se trata de una zona escarpada, a veces de gran verticalidad, formada por materiales antiguos de la serie II. La vegetación general del lugar incluye fragmentos de vegetación arbórea y facies regresivas de laurisilva y fayal-brezal, aunque también hay pinares, castañares y algunos eucaliptales. En las zonas más escarpadas hay muy buenas especies vegetales presentes en la ladera sobresalen varias amenazadas como un taginaste (Echium giganteum) y una hierbabuena (Bystropogon plumosus), junto a otras especies raras como una magarza (Argyranthemum foeniculaceum). En las proximidades de La Florida se ha citado la presencia de la rarísima y amenazada pico de paloma (Lotus berthelotii). El pico de paloma está siendo objeto de actuaciones de esquejes para su cultivo en viveros especializados. En algunas zonas marginales de la reserva hay restos abancalados de antiguos cultivos, sobre todo en las partes más bajas de la ladera. Por lo demás, no se conocen usos imcompatibles con la finalidad de protección, posiblemente debido a lo inaccesible de la mayor parte del escarpe. Así y todo, puede recorrerse por algunos grandes canales de agua que lo cruzan, desde donde se divisa una formidable vista del valle de La Orotava.
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El sistema de referencia nativo de los datos es WGS 84 (CRS84) en coordenadas geográficas -  EPSG 4326.

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