Puntallana ESPACIOS PROTEGIDOS RED NATURA 2000 Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
Ámbito geográfico | Ámbito | Año de declaración | Superficie oficial |
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Canarias
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Terrestre | 1996 | 285,75 ha |
Descripción
La reserva de Puntallana comprende dos unidades geomorfológicas bien definidas, el barranco de La Sabina y la loma izquierda del mismo y el domo de Aluce. En la costa hay una acantilado marino de cierta longitud y una plataforma de abrasión con una duna fósil. El domo se compone sobre todo de materiales basálticos subcrecientes y está coronado por manifestaciones sálicas puntuales.
En el barranco de La Sabina se asienta una comunidad vegetal xérica de tabaibas, balos y cardones, donde sobresalen nutridas poblaciones de la tabaiba gomera (Euphorbia bravoana). en los acantilados costeros abundan las plantas halófitas rupícolas, y en la plataforma de Puntallana hay una buena representación de comunidades vegetales de zonas arenosas influenciadas por la maresía.
Hay que decir, sin embargo, que en este lugar crecen también pinos raquíticos repoblados hace muchos años, que se entremezclan con tabaibas dulces (Euphorbia balsamifera). Puntallana alberga un yacimiento fósil y una muestra empobrecida de limícolas que antaño era más rica, sobre todo en torno a los arrecifes y aguas someras de una pequeña laguna litoral. En este lugar se han visto también en varias ocasiones halcones, aunque no hay confirmación de tales citas, y años atrás, antes de que se construyera la pista que de acceso a la isla baja, las costas eran recorridas habitualmente por parejas de águila pescadora (Padion haliaetus).
En la duna fósil hay restos de faunas pretéritas hoy extinguidas, como lagartos gigantes (Gallotia goliath) de más de un metro de longitud.
Incrustados entre las arenas organógenas aparecen también restos de caracoles terrestres de los géneros Pomatias, Canariella y del ultradiversificado endemismo Hemicycla. El nivel inferior del depósito marino y tiene diversos bivalvos y otros micromoluscos.
Los usos más acuciantes de este espacio se concentran en el acantilado costero y a la plataforma de Puntallana, y son escasos en el barranco de La Sabina donde tan sólo es destacable cierta actividad ganadera. No obstante, dicha actividad ocasiona importantes daños en la flora, con notorias afecciones a las poblaciones de tabaibas.
A Puntallana se accede por una pista objeto de un importantísimo tránsito rodado y peatonal, sobre todo durante las fiestas patronales de La Gomera, cuando multitud de peregrinos vivistan la ermita de La Virgen de Guadalupe.
La ermita es un centro tradicional de reunión, cuya afluencia se ha incrementado notablemente a raíz de la construcción de una pista de acceso. Paralelamente, en los últimos años ha proliferado las chabolas en torno a la misma y la llegada de vehículos, cuyo daño se ha hecho notar devastadoramente. Prácticamente en toda la plataforma de Puntallana abundan los cúmulos de basura, de los que tampoco se libran los acantilados costeros que en la misma entrada del espacio, en la punta de Avalo, son objeto de vertidos de escombros y basuras..