Montes del Cerrato
ESPACIOS PROTEGIDOS RED NATURA 2000
Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
Ámbito geográfico |
Ámbito |
Año de declaración |
Superficie oficial |
Castilla y León
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Terrestre
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2000
|
12.161,63
ha
|
Este Espacio está formado por varias áreas dispersas situadas en las provincias de Valladolid y Palencia, con una pequeña representación también en la provincia de Burgos. Los Montes del Cerrato están conformados por una extensa paramera hendida por abundantes valles de erosión y sedimentación que conforman las campiñas circundantes. Se trata de un paisaje árido y orográficamente accidentado, en el que a la vez dominan los extensos, planos y horizontales páramos, de cuyos cerrales y cuestas se desgarran cerros, tesos, alcores, lomas y barrancas, testigos de sus valles de origen erosivo y sedimentario.
Los niveles más elevados de esta paramera estás formados por calizas, mientras que en las cuestas y niveles inferiores afloran margas, arenas y yesos. Se trata de una zona que ha sido modelada por los usos agrarios tradicionales, con fondos de valle y páramos con superficies dedicadas a los cultivos cerealistas de secano, que en muchos casos conservan manchas y retazos de vegetación mediterránea.
Entre los páramos y los valles de erosión se encuentra la zona media o cuesta. Estas cuestas están ocupadas ocasionalmente por quejigares y carrascales y de forma mucho más frecuente por matorrales ricos en labiadas en los que no resultan raras las plantas gipsófilas de alto interés florístico y las comunidades vegetales ligadas a los afloramientos de yesos (conocidos como aljezares). Estas manchas de vegetación natural son las que han tratado de seleccionar para formar parte del Espacio.
Los páramos presentan carrascales (Quercus rotundifolia) y quejigares (Quercus faginea) bien conservados y de alta representatividad e incluso en algunas ocasiones contienen sabinares de sabina albar (Juniperus thurifera) con ejemplares de gran porte.
Estas formaciones forestales presentan una clara vocación protectora, situándose sobre suelos empobrecidos por su elevada pedregosidad. Los encinares y quejigares generalmente son de bajo porte, debido al uso que tradicionalmente se ha hecho de los mismos, esto es, el pastoreo extensivo y la obtención de leña para el consumo tradicional.
Por otro lado, las formaciones de ladera han tenido y tienen una clara vocación de protección del suelo frente a los procesos de erosión, tanto eólica como hídrica. Así en las laderas y en los suelos más pobres encontramos formaciones de pastizal-matorral y bosquetes de encina y/o quejigo (en menor medida sabinares o pinares), mientras que en las ubicaciones con menor pendiente y suelos favorables están ocupadas por cultivos agrícolas..
Código |
Nombre del Hábitat |
11481 |
Matorrales halo-nitrófilos (Pegano-Salsoletea) |
11483 |
Vegetación gipsícola ibérica (Gypsophiletalia) |
11532 |
Prados calcáreos cársticos o basófilos del Alysso-Sedion albi |
11538 |
Zonas subestépicas de gramíneas y anuales del Thero-Brachypodietea |
11540 |
Dehesas perennifolias de Quercus spp. |
11542 |
Prados húmedos mediterráneos de hierbas altas del Molinion-Holoschoenion |
11552 |
Manantiales petrificantes con formación de tuf (Cratoneurion) |
11558 |
Pendientes rocosas calcícolas con vegetación casmofítica |
11577 |
Robledales ibéricos de Quercus faginea y Quercus canariensis |
11584 |
Encinares de Quercus ilex y Quercus rotundifolia |
11593 |
Bosques endémicos de Juniperus spp. |