Oncorhynchus mykiss (Walbaum, 1792) Nombre preferente:

Trucha arcoiris

Ámbito:

Terrestre

    Origen:

    Identificador:

11802

Cuencas de la vertiente pacífica de Norteamérica, desde Alaska hasta California, y cuencas euroasiáticas desde la península de Kamchatka (Rusia) hasta la desembocadura del río Amur (Doadrio, 2001).

Hábitat en su área de distribución natural - Es primariamente una especie de agua dulce pero capaz de migrar o sobrevivir en el mar, y existen poblaciones anádromas. Se encuentra en casi cualquier cuerpo de agua: arroyos, ríos, lagos y áreas intermareales. Prefiere aguas claras y bien oxigenadas, con una temperatura de alrededor de 12 ºC, aunque tolera un rango de 10-24 ºC (NOBANIS, 2011). Normalmente no se encuentran en aguas que alcancen temperaturas superiores a 25 ºC en verano o con bajas concentraciones de oxígeno (Froese & Pauly, 2019).

Hábitat en su área de introducción - Pocos factores parecen condicionar su distribución. Es una especie flexible y adaptable, capaz de ocupar gran variedad de hábitats incluyendo criaderos, lagos, ríos, charcas y embalses artificiales. Sin embargo, la reproducción en ríos europeos es poco común.

Es fácil de criar, de rápido crecimiento, tolerante a un amplio rango de ambientes y puede soportar un amplio rango de temperatura (0-27 ºC), pero la reproducción y crecimiento se producen en un rango más estrecho (9-14 ºC) (FAO, 2020).

Los impactos causados por O. mykiss en los lugares donde ha sido introducida son altos (NOBANIS, 2011; GISD, 2015; CABI, 2020), y consisten principalmente en la transmisión de enfermedades, depredación, competición y, en el caso de EEUU, también hibridación con las especies nativas. Sobre el hábitat - La introducción de depredadores acuáticos está relacionada con un considerable descenso en la abundancia de peces, invertebrados bentónicos y zooplancton, que resulta en un aumento de la abundancia de fitoplancton. Existen abundantes ejemplos en la literatura científica sobre las cascadas de impacto que provocan estos peces en hábitats acuáticos (e.g. Power, 1990; Brett & Goldman, 1996).

El gran aumento de compuestos de nitrógeno en hábitats invadidos ha sido relacionado con la excreción y la bioturbación, ya que los peces resuspenden los sedimentos y nutrientes asociados en la columna de agua al alimentarse de macrófitos o arrancarlos en busca de invertebrados bentónicos (Gallardo et al., 2015). Sobre las especies autóctonas - Se han reportado efectos negativos de la introducción de O. mykiss sobre peces, anfibios e invertebrados nativos en muchos países y se afirma que esta especie provoca la disrupción de las interacciones entre especies y de la red trófica (Gherardi et al., 2009; Savini et al., 2010).

La introducción de O. mykiss está relacionada con la desaparición y disminución de muchas especies nativas de peces a través de la depredación y competición, como por ejemplo las de los géneros Orestias y Trichomycterus en el lago Titicaca y Schizothorax en ríos del Himalaya, y las especies Oreodaimon gnathlambae en Lesotho, Trachyistoma euronotus y Sandelia capensis en Sudáfrica, Protroctes oxyrhynchus y Galaxias gracilis en Nueva Zelanda y otros galáxidos en Australia. (Froese & Pauly, 2019).

Además, O. mykiss es una especie competitiva que puede desplazar a las especies de trucha nativas cuando es introducida en un nuevo medio. Es, por ejemplo, responsable de la reducción de salmónidos en el lago Ohrid (Nijjsen & de Groot, 1974).

Incluso en su área nativa, la introducción en aguas continentales de individuos provenientes de poblaciones costeras ha tenido un gran efecto en la abundancia de otras especies de salmónidos (Behnke, 2002). Se sabe muy poco de los efectos negativos de O. mykiss sobre la fauna europea, pero a menudo desova en los mismos sitios que la trucha común (Salmo trutta) y el salmón (Salmo salar) cuando los huevos de estas especies ya están en los nidos (Jonsson et al., 1993a), por lo que al desovar las hembras de O.

mykiss podrían destruir las puestas de las especies nativas. Otro de los impactos provocados por la introducción de especies acuáticas es la dispersión de patógenos y parásitos, de mayor importancia en organismos provenientes de la acuicultura como es el caso de O. mykiss, ya que las grandes concentraciones aumentan su susceptibilidad a las enfermedades.

Muchas de las que afectan a salmónidos en cautividad se han establecido en poblaciones silvestres donde han sido introducidos. Por ejemplo, la introducción de O. mykiss proveniente de Norteamérica provocó la aparición de la furunculosis en Europa y Sudáfrica (Froese & Pauly, 2019).

La enfermedad del torneo, provocada por el protozoo Myxobolus cerebralis, fue descrita por primera vez en O. mykiss. La suelta de ejemplares de piscifactorías ha provocado brotes de esta enfermedad en EEUU, amenazando a las poblaciones naturales (Gilbert & Granath, 2003).

Algunos de los parásitos encontrados en esta especie son Echinorhynchus lateralis, Crepidostomum farionis, Eubothrium salvelini, Trichophyra piscium, Dibothriocephalus sp., Caligus elongatus, Lepeophtheirus salmonis y Gyrodactylus salaris (Froese & Pauly, 2019), y al menos los dos últimos letales para el salmón atlántico (NOBANIS, 2011).

Los jóvenes se alimentan de zooplancton y los adultos principalmente de invertebrados acuáticos y terrestres (insectos, crustáceos, moluscos), huevos de peces y también peces pequeños (Fuller et al., 2020; SIBIC, 2017).

Existen poblaciones repartidas por varios puntos de España pero la mayoría no son estables, necesitando de continuas repoblaciones. Muy pocas de las poblaciones se reproducen en libertad en España. También es frecuente la existencia de individuos aislados.

En España se reproducen puntualmente, por lo que los datos que se tienen respecto a la reproducción son de otros lugares. Esta se produce entre enero y abril, más tarde que en la trucha común (Doadrio, 2001). Los individuos maduros hacen cortas migraciones para desovar en arroyos de corriente moderada. La hembra excava una depresión donde deposita entre 700 y 4000 huevos (McDowall, 1990), que son fertilizados por el macho y cubiertos por grava.

A continuación, se mueve corriente arriba y repite este proceso, pudiendo producir en total hasta 2000 huevos/kg (Froese & Pauly, 2019). La mayoría solo desovan una vez al año, pero la cría selectiva ha originado cepas que maduran antes y desovan todo el año (FAO, 2020). Las larvas emergen a los 3-7 días y más tarde migran río abajo.

La madurez sexual se alcanza entre el segundo y el tercer año de edad, con tallas superiores a 10 cm. (Doadrio, 2001). Los individuos que habitan en lagos desovan en afluentes donde los jóvenes se alimentan y crecen antes de migrar corriente abajo, y cuando alcanzan la madurez generalmente regresan al mismo afluente en el que nacieron para desovar (McDowall, 1990).

Propuestas - Ya que la reproducción fuera de su área de distribución natural es muy poco común, no suele ser necesario un plan de gestión específico para esta especie. Sin embargo, se deberían controlar sus poblaciones, evitando reforzar sus efectivos. Para ello se recomienda que los pescadores no devuelvan los ejemplares capturados al agua (SIBIC, 2017), que se restrinja su producción y sobretodo su liberación en el medio y se fomente su sustitución por especies autóctonas. Desarrolladas - El aprovechamiento piscícola de esta especie y las sueltas de ejemplares están permitidos en España, pero solo en cotos autorizados.

El Real Decreto 630/2013 establece que estas deben hacerse exclusivamente con ejemplares criados en cautividad, procedentes de cultivos monosexo y sometidas a tratamiento de esterilidad. En el caso de sueltas ilegales o accidentales, no existen métodos adecuados para el control o eliminación de esta especie. En algunos lugares en los que ha sido introducida fuera de España se han empleado métodos químicos (rotenona, antimicina…) o mecánicos (pesca eléctrica…) para eliminar sus poblaciones, como por ejemplo en el parque nacional de las Smoky Mountains en EEUU (GISD, 2015).

Sin embargo, estos métodos presentan el problema de que son escasamente selectivos y por lo tanto también perjudican a la fauna nativa.