Clamator glandarius (Linnaeus, 1758) Nombre preferente:

Críalo

Ámbito:

Terrestre

    Origen:

Nativa

    Identificador:

11369

Mundial. Se distribuye por la mayor parte del continente africano, aunque preferentemente cría en el área subsahariana. Las poblaciones más norteñas se localizan en zonas mediterráneas, concretamente en la península Ibérica, sur de Francia, Italia, Grecia, Chipre, Bulgaria, Turquía, Irán, Irak y Egipto, y aunque a nivel global no se considera como especie amenazada, pues aparentemente está en aumento su área de distribución en el sur de Europa, en Egipto disminuye y en el NO de África ha desaparecido (Del Hoyo et al., 1997). España.

Durante la época de cría es posible encontrarla en la mayoría de las provincias españolas a excepción de aquellas situadas en la cornisa cantábrica (País Vasco, Santander y Asturias) y Galicia donde llega a ser muy rara. Más abundante en la mitad sur, donde aparece de forma más o menos discontinua en la mayoría de las cuadrículas prospectadas, aunque evita generalmente las cordilleras montañosas para reproducirse (Díaz et al., 1996). No cría en Baleares, Canarias, Ceuta ni Melilla.

Esta discontinuidad puede ser debida a los dos factores principales que explican su distribución. Uno de ellos está relacionado con su estrategia reproductora, ya que como todos los miembros de la subfamilia Cuculinae, parasita los cuidados parentales de otras aves y, por tanto, necesitan encontrar nidos de estas especies hospedadoras para reproducirse. El segundo factor está relacionado con sus hábitos alimenticios, ya que su dieta está basada en larvas defoliadoras, y es la procesionaria del pino su principal fuente alimenticia, por lo que prefiere zonas próximas a bosques de pinos.

La especialización en este tipo de larvas implica una baja competencia con otras especies, ya que muy pocas pueden ingerir estas larvas con altas concentraciones de productos químicos urticantes. La Urraca y la Corneja son sus principales hospedadores en la península Ibérica (Soler, 1990; Soler et al., 2002), por lo que el hábitat donde cría coincide con el de éstas: zonas más o menos abiertas, sotos, setos arbolados, bosquetes, parques, cultivos de frutales (especialmente almendros), bordes de carreteras, vegas, encinares y otros bosques aclarados, pastizales y ambientes perimarismeños, en altitudes que oscilan entre el nivel del mar y los 1.200-1.400 m. Sin embargo, otros córvidos como la Chova Piquirroja y la Grajilla también son parasitadas (Soler, 1990), sobretodo en zonas desarboladas donde la Urraca es escasa.

Además, el Rabilargo también se ha considerado un huésped apropiado aunque en las últimas décadas no se ha encontrado ningún nido parasitado por el Críalo Europeo . Para su principal especie hospedadora en Europa, la Urraca, el porcentaje de nidos parasitados varía bastante a lo largo de los años, lo que podría estar relacionado con el grado de habilidad para reconocer y expulsar huevos parásitos de la población. Existe evidencia de que el Críalo Europeo utiliza una población de Urraca hasta que la mayoría de los individuos son capaces de rechazar los huevos parásitos y entonces pasan a otra población de Urraca dando lugar a ciclos de parasitismo.

Los pollos de Críalo, durante su estancia en el nido y, sobretodo, durante su etapa de volantón, reciben visitas esporádicas de los adultos, que junto con la formación de bandos de volantones hacen que los pollos aprendan a reconocer a los individuos de su misma especie (Soler & Soler, 1999). Especie estival, aunque un pequeño número de individuos puede pasar todo el invierno en el sur de la Península. Su regreso a las zonas de cría es bastante temprano, por lo que a menudo se realizan observaciones invernales (enero y febrero).

En la zona de Guadix llegan normalmente a principios de febrero, y se mantienen principalmente en lugares con abundante comida hasta que la Urraca comienza a construir sus nidos (principios de marzo), fecha en que empiezan a verse por las principales zonas de cría.

Bosques,zonas con córvidos; montes,llanuras con árboles y arbustos.Migración: llanuras con matorral.

Reproductor 55000-64500 parejas (1990).

Debido a que depende de sus hospedadores para reproducirse, cualquier medida de conservación debería contemplar la de aquellos. Algunos hospedadores reconocen y expulsan los huevos de Críalo Europeo de sus nidos, por lo que si todos los hospedadores llegaran a reconocer y expulsar los huevos parásitos su éxito reproductor sería cero. Sin embargo, parece ser que esto no ocurrirá o, en el caso de que ocurriera, lo haría de forma muy lenta, ya que presentan estrategias adecuadas para disminuir estos posibles efectos negativos provocados por las estrategias defensivas de sus hospedadores.

Propuestas: - Seguimiento de sus poblaciones y de las de sus hospedadores. - Control de plaguicidas.