Marsilea quadrifolia L. Nombre preferente:

Marsília

Ámbito:

Terrestre

    Origen:

Nativa

    Identificador:

6226

Especie nativa de las regiones mediterráneas y templadas de Europa, que se extiende también por las regiones tropicales y cálidas del sur y del este de Asia. En Estados Unidos se ha establecido como alóctona, y en algunos lugares se comporta como una especie invasora en cultivos. En Europa mantiene numerosas poblaciones, aunque de extensión bastante reducida. Las poblaciones silvestres de Suiza y Cerdeña están extintas.

En la península Ibérica se tiene referencias históricas de su presencia en el sector noroccidental (entre los ríos Miño y Duero, y en Portugal) y nororiental, en áreas litorales entre la Albufera de Valencia y el Baix Empordà. Todas las poblaciones de España se daban por extintas. Recientemente se ha descubierto una población silvestre con apariencia de naturalidad en Galicia y con testimonio de presencia continua desde 1970, coexistiendo entonces con otros núcleos próximos ahora extintos.

En aquel momento, los terrenos donde se ubica eran zonas de descanso de aves acuáticas, demostrados vectores de dispersión de sus esporocarpos. .

La reproducción sexual se realiza mediante esporocarpos, que alcanzan su madurez en la época de desecación del medio, y constituyen órganos de resistencia que pueden permanecer hasta un centenar de años en el sustrato. La viabilidad de las esporas conservadas en condiciones adecuadas es muy alta. La germinación de las esporas, en la época de encharcamiento, originan las formas sexuales de la especie, que tienen una vida acuática corta, ya que en poco menos de 48 h se puede producir la germinación de las esporas, la formación del gametofito, la fecundación y el desarrollo del embrión con las primeras raíces y hojas del esporofito. Sin embargo, la supervivencia de las plántulas es baja pues son muy sensibles a las alteraciones ambientales, contaminación del agua o salinización.

Tanto en ambientes naturales, como meandros abandonados, canales de inundación fluvial y lagunas, como en hábitats moderada o fuertemente antropizados, como balsas de acuicultura, arrozales, balsas en las explotaciones de arcilla o gravas, cunetas de carretera con poca corriente y lagos artificiales. Las características del sustrato pueden ser muy variables, desde suelos fangosos a arenosos, incluyendo suelos con altos contenidos en materia orgánica. El contenido en nutrientes de las aguas donde vive también es variable, desde aguas oligotróficas hasta eutróficas, si bien en algunos lugares se ha apuntado que el aumento de la eutrofia es una de las causas de su declive poblacional. Por otra parte, algunos trabajos indican que se trata de un helecho calcífugo y que vive en suelos débil o moderadamente salinos.

En la Región Mediterránea se ha asociado frecuentemente a las comunidades arvenses de los arrozales.

Realizar un análisis para determinar la proximidad genética de las plantas de la población gallega con otras, incluidas plantas comercializadas, con vistas a determinar con mayor certeza su presunto origen espontáneo. Buscar posibles reductos en su entorno. Conservar esta población en banco de germoplasma y jardín botánico. Incluir la planta en el Catálogo Gallego de Especies Amenazadas y promover su consideración como En situación crítica en el CEEA.

Seguir con las tentativas de creación de poblaciones ex situ en el litoral mediterráneo.

Es bastante intolerante a la competencia por parte de otras especies herbáceas perennes, tanto por el uso físico del sustrato como por el efecto sombra que pueden ejercer. Se ha observado que algunas poblaciones se debilitan o, incluso, desaparecen por efecto de la sucesión vegetal, cuando otros hidrófitos o helófitos de crecimiento más lento colonizan progresivamente el mismo espacio. Según algunos autores, la pervivencia de las poblaciones pasa por la recurrencia de perturbaciones físicas o hidrológicas, que eliminan las especies más competitivas a largo plazo y permite la renovación rápida de M. quadrifolia a partir de los esporocarpos o de los rizomas.

Las poblaciones mejor conocidas de las regiones litorales mediterráneas se extinguieron en el siglo pasado, hecho asociado a una intensificación de las actividades agrícolas (sobre todo en arrozales) y a la pérdida de humedales temporales. La población gallega se ha visto drásticamente reducida por la desecación y captación de manantiales para uso humano. Entre el Jardín Botánico de la Universidad de Valencia y el Centro de Conservación de Especies Dulceacuícolas de la Comunidad Valenciana se mantienen plantas obtenidas del último sitio donde se había visto la planta en el Delta del Ebro. Están en curso plantaciones de rizomas en la Llacuna del Samaruc y en el Delta del Ebro, con éxito por lo menos en esta última.