Limonium majus (Boiss.) Erben Ámbito:

Terrestre

    Origen:

Nativa

    Identificador:

5844

Endemismo de las margas yesíferas de la hoya de Baza (Granada).

Hemicriptófito plurienal. La floración acontece en verano y la fructificación a principios de otoño. Flores hermafroditas polinizadas por insectos. La dispersión de las semillas es anemocora y zoobolocora, pero tiene poco alcance.

Existe una elevada tasa de apomixis. Como es habitual en este género, es frecuente la hibridación con otras especies que viven próximas. Se produce una gran cantidad de flores y frutos por inflorescencia; el porcentaje de germinación observado es muy alto (83%).

Forma parte de matorrales halonitrófilos, comportándose a veces como colonizadora, en sustratos margoso-yesíferos. Convive con Lygeum spartum, Phragmites australis, Stipa offneri, Limonium supinum, Tamarix canariensis, Atriplex halimus, A. glauca, Salsola vermiculata, Lepidium subulatum, Sedum album, Eruca vesicaria, Euphorbia serrata, Plantago albicans, Reseda lutea, Linaria hirta, Spergularia diandra, Senecio vulgaris, Sonchus oleraceus, S. tenerrimus, etc., entre 600 y 900 m de altitud, en el piso mesomediterráneo.

Debido a los fenómenos de hibridación, en algunas zonas existen especímenes intermedios respecto a otras especies (L. minus, L. supinum) de dudosa identificación, que no pueden adscribirse a la especie sin dudas razonables. La localidad clásica tiene un área de ocupación muy inferior a 1 km2, y en ella se ha contabilizado algo más de 3.000 individuos reproductores durante el año 2001.

Controlar las actuaciones en los márgenes de las vías de comunicación (siega, aplicación de herbicidas, acumulación de basuras, labores de acondicionamiento, etc.). Recolectar semillas y realizar un seguimiento periódico de las poblaciones. Desarrollar técnicas de propagación que permitan la reintroducción en zonas alteradas. Proteger la zona mediante la figura de microrreserva.

Fomentar los estudios genéticos para evaluar el riesgo de amenaza debido a la hibridación.

La principal amenaza es antrópica y deriva de la presencia de una carretera que atraviesa el núcleo más importante. De manera natural hibrida con otras especies del mismo género (L. supinum y L. minus), lo que dificulta enormemente su identificación en algunas áreas; algunas poblaciones próximas a la conocida no han podido adscribirse con certeza a esta especie. La roturación frecuente de zonas de saladares constituye una amenaza potencial.

Actualmente no existe ninguna medida de protección específica sobre la zona donde habita la especie. Se ha redactado un plan de recuperación, promovido por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía.