Oenothera glazioviana Micheli in Mart. Ámbito:

Terrestre

    Origen:

No nativa

    Identificador:

6635

Originada por hibridación espontánea de las especies Oenothera grandiflora L'Hér. y Oenothera elata Kunth, ambas nativas de América del Norte, en algún lugar de Europa, seguramente en Inglaterra por ser en este país donde se realizaron las primeras observaciones.

Florece de junio a septiembre. Predomina la polinización cruzada.

Requiere cierta humedad edáfica y cierto grado de nitrofilia en el suelo, por lo que sus hábitats más frecuentes son lugares perturbados y/o abiertos, húmedos (bordes de caminos, márgenes riparios, eriales frescos, etc.). Se encuentra tanto en áreas de media montaña como basales, aunque abunda más en terrenos arenosos o pedregosos próximos al litoral.

En Estados Unidos se distribuye especialmente por los territorios del noreste y por la costa este, y. supone una seria amenaza para las especies autóctonas O. elata y O. wolfii con las que tiende a retrohibridarse.

En particular, O. wolfii está considerada como muy rara y en peligro dentro de su rango nativo. Su híbrido silvestre con O.

glazioviana es más agresivo que cualquiera de sus parentales. Por otro lado, O. glazioviana puede hibridarse espontáneamente con O.

biennis dando lugar a dos nothoespecies. Por una parte Oenothera x fallax Renner, presente en España en Vizcaya, Cantabria y Guipúzcoa, con flores del tamaño de O. biennis pero con sépalos con franjas rojizas como O.

glazioviana, y por otra parte O.enothera x oehlkersii Kappus, menos frecuente, detectada en Barcelona y Orense, con flores de tamaño semejante a las de O. glazioviana pero con los sépalos completamente verdes que aparece cuando convive el fenotipo de hojas grandes de O. biennis con O.

glazioviana. De momento, en nuestro país aparece más bien en biotopos con relativa influencia antrópica, por lo que no supone una amenaza inmediata para los ecosistemas naturales.

AB, B, BI, C, CR, GI, H, HU, L, LO, LU, M, NA, O, OR, PO, S, SA, SG, SS, T, TF [Tf, Pa], ZA, VI. Tendencia demográfica expansiva aunque restringida a las zonas señaladas.

Pese a no encontrarse en lugares de alto valor ecológico, no debe perderse de vista que la colonización de ambientes antropizados es casi siempre la primera etapa en los procesos de naturalización e invasión posterior de áreas naturales. Por ello, es recomendable prestar atención a nuevas apariciones y, en caso de ser observada cerca de espacios valiosos o bien conservados proceder a su eliminación. Con respecto a esto último, considerando el tamaño relativamente grande de la planta, la ausencia de órganos subterráneos, la consistencia herbácea y la no presencia de elementos punzantes o urticantes lo más recomendable es la retirada manual de los individuos y su posterior destrucción, antes de la fructificación para anticiparnos a la dispersión de las semillas. Las actuaciones deben repetirse durante varios años en las zonas invadidas para agotar los posibles bancos de semillas que puedan existir en el suelo.

El empleo de herbicidas no parece una alternativa a tener en cuenta por el momento, aunque en caso de utilizarse podría recurrirse a diversas materias activas con acción sobre dicotiledóneas herbáceas perennes.