Jasonia tuberosa (L.) DC. Ámbito:

Terrestre

    Origen:

Nativa

    Identificador:

404

Endemismo del sureste de Francia y la Península Ibérica, principalmente en el cuadrante nordeste, aunque se extiende por el sur hasta Jaén, Alicante y Murcia y por el oeste hasta León, Zamora y Salamanca.

Florece de junio a octubre.

Crece en terrenos arcillosos o margosos, a veces temporalmente encharcados, entre 700- 1700 m.

Las sumidades floridas se recolectan entre julio y septiembre y se han utilizado en Navarra, Valladolid, Segovia y Madrid para preparar una infusión digestiva que se toma después de las comidas. Esta infusión se ha empleado con fines medicinales, para bajar la tensión y “rebajar la sangre” en Jaca (Huesca) y sobre todo como tónico digestivo, contra la colitis, los cólicos intestinales y el dolor de estómago, principalmente en la mitad norte peninsular, en Huesca, Zamora, Navarra, Guadalajara y Madrid. En Guadalajara se prepara en forma de tisana mezclado con manzanilla (Matricaria chamomilla L.) y poleo (Mentha pulegium L.). Asimismo, la parte aérea se ha utilizado como antiséptico oral para curar aftas en los labios en el Alt Ter (Gerona).

Para tratar los catarros, y el dolor de garganta y de cabeza en la Ribera Navarra se ha usado también la infusión de la parte aérea florida. También en Navarra se prepara en infusión junto con otras plantas para tratar el reúma. En Barcelona, incluso se vendió en alguna herboristería donde la recomendaban contra la tuberculosis.

El caldo de hervir la planta se ha utilizado en Jaén para cicatrizar heridas y tratar eccemas, aplicándolo sobre la piel. En el ámbito veterinario, en la Ribera Navarra se daba de beber a los animales la decocción de la parte aérea florida, después de secarla, para tratar los cólicos. En Huesca y Navarra se denomina a esta especie té de tierra porque crece en suelos margosos o arcillosos, en caminos y terrenos removidos.

En la Sierra Norte de Madrid se dice que crece en prados de siega y praderas descubiertas en las dehesas de roble, pero advierten que ya casi no queda. Según Pardo Sastrón, en Torrecilla de Alcañiz (Teruel) a finales del siglo XIX ya se empleaba para sustituir al té de roca [Chiliadenus glutinosus (L.) Fourr.].