Serinus canaria (Linnaeus, 1758) Nombre preferente:

Serín canario

Ámbito:

Terrestre

    Origen:

Nativa

    Identificador:

10947

Mundial. Endemismo macaronésico propio de Azores, Madeira y Canarias (Snow & Perrins, 1998). Ha sido introducida en otras partes del mundo, como Bermudas, Hawaii y Puerto Rico (Clement et al., 1993). España.

En el archipiélago canario está presente en las islas centrales y occidentales (Gran Canaria, Tenerife, La Gomera, El Hierro y La Palma), y recientemente se ha asentado también en Lanzarote y Fuerteventura. Martín & Lorenzo (2001) recopilan información de su presencia en el pasado incluso en los islotes de Alegranza y Montaña Clara. Es un ave característica de cultivos con arbolado y márgenes de áreas boscosas de monteverde y pinar.

También ocupa zonas costeras, sobre todo aquellas cultivadas y con jardines, y del piso basal (cardonal-tabaibal), y llega al matorral de alta montaña a más de 2.000 m de altitud, aunque en este último hábitat probablemente no se reproduce (Martín, 1987; Martín & Lorenzo, 2001). Además, en las islas orientales habita los barrancos con formaciones de tarajales, y las pequeñas plantaciones de pinos, así como los jardines de los complejos turísticos (Purroy, 1997). Se han señalado desplazamientos de tipo dispersivo una vez finalizada la época de reproducción, sobre todo de carácter altitudinal hacia cultivos, zonas del piso basal y matorrales de alta montaña (Martín & Lorenzo, 2001).

También alcanza los roques costeros cercanos a las islas, y es posible que el origen de parte de los efectivos de las islas orientales tengan que ver con su capacidad para atravesar pequeños estrechos de mar, aunque no se descartan introducciones (Martín & Lorenzo, 2001).

La configuración ambiental que maximizó en Canarias su frecuencia de aparición a escala de 100 km2, apareciendo en promedio en el 75% de los muestreos realizados, simplemente correspondió a cuadrículas con un rango altitudinal de entre 800 y 1.300 m s.n.m. No obstante, la especie también pudo alcanzar abundancias relativas importantes en zonas más escarpadas, estando presente en el 50% de los muestreos por cuadrícula. Por tanto, a esta escala espacial no presenta preferencias muy concretas. Examinando con más detalle sus preferencias de hábitat, de las 18 grandes categorías consideradas separadamente en Canarias, destacó su preferencia por los cultivos arbolados y/o de regadío (plátanos, tomates, etc.), y también por las formaciones arboladas naturales del archipiélago.

En cambio, alcanzó su máxima abundancia en los mosaicos agropecuarios y los matorrales: entre 200 y 400 aves/km2. Dentro de los medios arbolados alcanzó la máxima abundancia invernal en los pinares, con un promedio de 112 aves/km2. Todo ello ilustra su relativamente alta amplitud de hábitat invernal en el conjunto del archipiélago, siendo característico de las fronteras de áreas arboladas con otros ambientes mucho más abiertos (bordes de bosque, medianías antropizadas, monteverde aclarado, etc.).

Estos patrones son similares a los registrados durante el periodo reproductor (Martín y Lorenzo, 2001; Carrascal y Palomino, 2005; Palomino y Carrascal, 2005; Carrascal et al., 2008b), si bien las máximas densidades que es capaz de alcanzar en invierno parecen notablemente mayores que las datadas para primavera (por ejemplo, sólo 93 aves/km2 en matorrales de medianía y 126 aves/km2 en mosaicos agropecuarios de La Palma; Carrascal et al., 2008b), posiblemente derivado de una mayor abundancia absoluta relacionada con desplazamientos altitudinales o entre hábitats, y a un incremento de sus efectivos consecuencia de los nacimientos en la primavera previa.

A pesar de su actual abundancia, en las últimas décadas se adivina cierta reducción local por la destrucción de su hábitat y la captura de ejemplares para su mantenimiento en cautividad (Purroy, 1997), así como por la incidencia negativa de los productos fitosanitarios empleados en la agricultura y la acción de depredadores introducidos.