Isatis tinctoria L. subsp. tinctoria Ámbito:

Terrestre

    Origen:

No nativa

    Identificador:

5426

Se trata de una especie nativa del sudoeste de Asia y de la zona del mar Egeo.

Florece de abril a julio. Se reproduce exclusivamente por semilla, de dispersión anemócora. Aunque su ciclo habitual es bianual, puede reducirse al anual, de fenología primaveral, o bien ampliarse comportándose como planta perenne de vida corta. Produce una raíz principal grande, carnosa y ramificada que penetra en el suelo hasta profundidades considerables, lo que le permite buscar la humedad en zonas alejadas de la superficie y de este modo adaptarse a vivir en substratos rocosos con poca capacidad de retención de agua.

Abunda más sobre terrenos calcáreos, pero no desdeña los silíceos. Resiste en estado de roseta las bajas temperaturas del invierno. Suele habitar en lugares secos, generalmente abiertos, en ambientes ruderales y viarios, sobre suelos removidos, aunque sin ser exclusiva de estos medios.

En Estados Unidos en una maleza agresiva que llega a desplazar a las especies autóctonas de las comunidades invadidas, debido a sus propiedades alelopáticas, que impiden el crecimiento de la flora acompañante. En este país, invade tanto cultivos como pastos o zonas con vegetación leñosa abierta. En España, abunda localmente, sobre todo en las provincias de Castilla y León, en cunetas de carreteras y eriales, aunque cada vez con más frecuencia aparecen poblaciones invadiendo formaciones forestales xerófilas poco espesas, como sabinares de Juniperus thurifera, pinares de Pinus pinaster, etc.

AB, AL, BU, B, CC, CS, CU, GI, GR, GU, HU, J, L, LE, M, OR, P, S, SA, SG, SO, TE, V, VA, Z, ZA. Tendencia demográfica expansiva, tanto en lo que respecta a la ampliación de su área como a la colonización de nuevos hábitats.

Al tratarse de una especie totalmente integrada en la flora española, con poblaciones bien asentadas y formadas por numerosos individuos, las medidas preventivas se limitan a las zonas donde todavía no se encuentra. En este sentido, debe eliminarse de inmediato cuando aparezca algún individuo. En zonas ya invadidas, la erradicación completa no parece un objetivo alcanzable. Por su ecología viaria, la siega de las cunetas de las carreteras puede servir para eliminar un buen número de plantas, aunque debe realizarse en primavera, antes de la maduración de las semillas y de su dispersión.

En zonas de mayor valor ecológico (pinares, sabinares), debe procederse a la retirada manual en primavera temprana (dependiendo de las zonas), en el momento de la elongación del escapo floral, estado en que las plantas resultan muy fácilmente reconocibles, pero anterior a la fructificación. Por la disposición de las plantas en el terreno, su naturaleza herbácea, la ausencia de órganos subterráneos y la inexistencia de elementos punzantes o urticantes, lo más recomendable es realizar las operaciones por medio de cuadrillas de operarios pertrechados con herramientas adecuadas (azadas, piquetas, cuchillas, etc.). En Estados Unidos, se ha obtenido un buen control de esta especie con los herbicidas 2,4-D + dicamba y clorsulfuron, aunque en el medio natural queda totalmente desaconsejado su uso.