Tropaeolum majus L. Ámbito:

Terrestre

    Origen:

No nativa

    Identificador:

10161

La especie es originaria de América del Sur, desde Perú hasta Colombia.

Florece de mayo a septiembre. Se reproduce por semilla y también vegetativamente, al rebrotar cada año de las raíces tuberosas.

Se trata de una especie muy termófila, propia de climas tropicales y cálidos, sin heladas. Cuando el clima es frío, suele comportarse como efemerófito, desapareciendo cuando la temperatura baja. Aunque vive mejor a pleno sol, tolera el sombreado parcial. No soporta la sequía prolongada por lo que en climas mediterráneos se comporta como un terófito aparente, muriendo la parte aérea al llegar el verano y rebrotando en el otoño siguiente con la llegada de las lluvias.

En lo que respecta al suelo, es bastante indiferente a su naturaleza, con tal de que el drenaje esté asegurado. Tolera pH comprendido entre 6,1 y 7,8.

En España, se encuentra subespontánea en diversos puntos de la costa y en algunos enclaves cálidos del interior, y ampliamente naturalizada en la costa de Andalucía oriental (provincias de Málaga y Granada) y sobre todo en las islas Canarias, donde es muy abundante. Suele aparecer en ambientes viarios y ruderales, pero también invade, cuando las condiciones son favorables, ecosistemas naturales y seminaturales, compitiendo con la flora autóctona. Tal es la situación que hemos observado, por ejemplo, en la costa oriental de Málaga, junto a la localidad de Nerja, donde esta especie compite con Cneorum triccocum L., endemismo del Mediterráneo occidental, distribuido de manera puntual en Italia, Francia y España (costa de Málaga y Granada, costa Brava, Baleares), considerado en peligro de extinción por la Junta de Andalucía y vulnerable según el criterio de la UICN.

AL, B, BI, CS, GC [Gc, La, Fu], GI, GR, HU, J, MA, MU, NA, O, SO, T, TF [Tf, Pa, Hi, Go], V. Tendencia demográfica posiblemente expansiva hacia zonas del interior de la Península debido al aumento de las temperaturas.

Primeramente, debe evitarse su cultivo ornamental en zonas de riesgo, sustituyéndola por especies autóctonas o alóctonas no invasoras. En los casos de invasiones incipientes, puede controlarse mediante la retirada manual de las plantas, a ser posible antes de la fructificación para evitar la diseminación de las semillas. Los operarios deben ir equipados con herramientas de cava para retirar del terreno los órganos subterráneos. El hecho de crecer formando rodales amplios simplifica notablemente las operaciones.

Cuando se trate de invasiones fuertes, como las de las islas Canarias, los métodos mecánicos ya no son suficientes para lograr su control, salvo si se trate de proteger zonas concretas de alta valor ecológico. Cuando ecológicamente sea aceptable, puede controlarse muy eficazmente con métodos químicos, ya que es muy sensible a la mayoría de los herbicidas destinados al control de dicotiledóneas herbáceas. En lo que respecta a la lucha biológica, no se conocen plagas o patógenos susceptibles de ser utilizados como bioagentes para su control, ya que la mayoría de sus parásitos y depredadores lo son también de otras especies ornamentales o cultivadas, de manera que su uso podría tener consecuencias negativas.