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Plantas vasculares Terrestre No nativa

Helianthus tuberosus L. Ámbito:
Terrestre
    Origen:
No nativa
    Identificador:
1090

Sinonimia

  • Helianthus esculentus Warsz.
  • Helianthus serotinus Tausch
  • Helianthus spathulatus Ell.
  • Helianthus strumosus subesp. tomentosus (Michx) Anashchenko
  • Helianthus subcanescens E.E. Watson
  • Helianthus tomentosus Michx.
  • Helianthus tuberosus f. moldenkeanus F.W. Oswald
  • Helianthus tuberosus f. oswaldiae F.W. Oswald
  • Helianthus tuberosus var. subcanescens A. Gray

Grupo Taxonómico

Plantas vasculares

Taxonomía

  • Autor: L.
  • Reino: Plantae
  • División o Filo: Tracheophyta
  • Clase: Magnoliopsida
  • Orden: Asterales
  • Familia: Asteraceae
  • Género: Helianthus

Estado legal y de conservación

LC

Estado UICN (Mundial):  LC (Preocupación menor)

Idioma Nombre
Castellano Aguaturma
Castellano Bataca
Castellano Canarias
Castellano Tupinambo
Castellano Canarios
Castellano Castaña de tierra
Castellano Patata de palo
Castellano Patata de caña
Castellano Alcachofa de Jerusalén
Castellano Chufera
Castellano Papa de caña
Castellano Papa de sierra
Castellano Papa real
Castellano Pataca
Castellano Patacas
Castellano Pataquera
Castellano Patata
Castellano Patata de tierra
Castellano Patatas dulces
Castellano Petacas
Castellano Trunja canaria
Castellano Margarita grande
Castellano Turma de agua
Catalán Ramons
Catalán Nyàmara
Catalán Girasol de patata
Catalán Miqueler
Catalán Nyama
Catalán Nyàmeres
Catalán Nyapes
Catalán Trumfa nyama
Catalán Trumfes nyames
Catalán Patata de canya
Catalán Herba pudent
Euskera Topiñamorr
Gallego Batata tupinamba
Mallorquín Setembres
Mallorquín Patata bruna
Mallorquín Patata anglesa
Mallorquín Dimonis
Mallorquín Patata burgesa
Mallorquín Patata moruna
Mallorquín Patata burba
Mallorquín Patata de málaga
Inglés Girasole
Inglés Jerusalem sunflower
Inglés Jerusalem artichoke
Inglés Earth apple
Inglés Fusichoke
Inglés Canada potato
Inglés Sunroot
Inglés Topinambur
Inglés Sunchoke
Atributo Descripcion Fuente
Distribución

Las formas salvajes se distribuyen ampliamente por el centro y este de Norteamérica. Debido a su temprano uso, ya en la época precolombina, su distribución original no puede ser reconstruida con exactitud, pero se cree que esta especie se originó en la zona de los Grandes Lagos (Simmonds, 1976) o en los valles de los ríos Ohio y Mississippi (Wyse et al., 1986). Swanton et al. (1992) la consideran claramente nativa de Canadá central e introducida en otras partes del país.

Otras fuentes suponen que su distribución original es el sur de Norteamérica y la consideran alóctona en Canadá (Pacanoski & Mehmeti, 2020).

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Ciclo vital

En Canadá, las plantas brotan en abril o mayo a partir de tubérculos o semillas (Swanton et al., 1992), y a continuación pasan por un periodo de rápido crecimiento. Los capullos de las flores aparecen de principios de julio a finales de septiembre, dependiendo de la cepa y localización. En España, florecen de agosto a octubre (Sanz et al., 2004). A finales de verano comienza la senescencia de las hojas y la sacarosa se traslada a los tubérculos, que rápidamente crecen hasta que la primera helada detiene su actividad.

En muchos de los países donde ha sido introducida no produce semillas ya que florece tarde (Artsdatabanken, 2014) y en ocasiones las heladas otoñales impiden la floración. Cerca del Ecuador, debido a la menor duración del día y las temperaturas más uniformes, las plantas son más pequeñas, pero pueden conseguirse dos cosechas consecutivas al año (CABI, 2020). Los tubérculos pueden sobrevivir hasta dos años en el suelo y producir hasta 6 brotes cada uno, incluso enterrados a 30 cm de profundidad.

En Noruega, Artsdatabanken (2014) afirma que las plantas normalmente duran menos de 10 años o 5 generaciones. En Canadá, Swanton et al. (1992) afirma que desde los tubérculos pueden brotar nuevas plantas continuamente a lo largo de varios años, aunque algunas variedades soportan mejor el invierno que otras. En regiones templadas, H.

tuberosus madura en 125-150 días, requiere una temperatura del suelo de al menos 6,7 ºC para el desarrollo de los brotes y temperaturas frías (de 5 ºC o menos) para romper la dormancia. En la estación de crecimiento necesita al menos 125 días sin heladas, preferiblemente con temperaturas medias de 18-26 ºC y precipitaciones equitativamente distribuidas de hasta 1250 mm. La primera helada de otoño mata las partes aéreas de la planta, pero los tubérculos pueden soportar la congelación durante varios meses (CABI, 2020; Sanz et al., 2004; Yong Ma et al., 2011).

Es sensible al fotoperíodo, requiere largos periodos de luz seguidos por periodos de luz más cortos para desencadenar el paso de la etapa reproductora a la de desarrollo, y no crece donde la duración del día varía muy poco (Kays & Nottingham, 2007; Yong Ma et al., 2011). La temperatura es también un factor importante que afecta a la formación de inflorescencias, existiendo evidencia de que las bajas temperaturas retrasan la floración (Konvalinková, 2003; Kaleem et al., 2010).

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Hábitat

Hábitat en su área de distribución natural - Los hábitats nativos de H. tuberosus incluyen humedales, orillas de ríos, prados, pastizales, tierras baldías y áreas alteradas. Puede crecer en la mayoría de tipos de suelo, pero prefiere suelos húmedos, ricos en nutrientes, arcillosos o arenosos, especialmente a lo largo de ríos (Hartmann et al., 1995). Prefiere un pH próximo a la neutralidad, pero tolera valores desde 4,5 hasta 8,2 (Sanz et al., 2004) y puede tolerar la salinidad (Pacanoski & Mehmeti, 2020; Yong Ma et al., 2011).

Es tolerante a la sequía y puede recuperarse incluso tras la marchitez, y también puede soportar cortos periodos de inundación. Requiere luz solar plena y rara vez se encuentra en situaciones de sombra. Hábitat en su área de introducción - Kosaric et al.

(1984) afirma que está bien adaptado a crecer en muchas regiones geoclimáticas incluyendo Europa y la mayor parte de Norteamérica. Debido a su moderada tolerancia a la congelación, su distribución va más allá que la de la mayoría de cultivos convencionales (Swanton et al., 1992). En el centro de Europa la planta es más invasora en áreas templadas de baja altitud.

En los trópicos, crece preferiblemente a 300-750 m, pero en la India es cultivado hasta los 3600 m (CABI, 2020). En España está naturalizada localmente en lugares alterados con suelo fresco y nitrogenado, entre 195 y 1500 m de altitud. Casi toda la investigación sobre H. tuberosus se aplica a áreas entre latitudes 30 y 50 ºN.

Crece en lugares con precipitaciones anuales de 310-2820 mm y temperaturas medias anuales de 6,3-26,6 ºC (Sanz et al., 2004; Yong Ma et al., 2011). Por ejemplo, en Macedonia fue encontrada en una región con precipitaciones anuales de 564 mm y temperatura anual media de 12,6 ºC (Kostov, 2003), y principalmente en hábitats con influencia humana o antropogénicos como bordes de carreteras, áreas ruderales, tierras baldías cerca de carreteras regionales, patios de casas como ornamental y lechos de ríos. De forma similar, según Alex & Switzer (1976) y Gleason & Cronquist (1991), H.

tuberosus se encuentra frecuentemente en hábitats húmedos como orillas de ríos y corrientes de agua, prados y tierras baldías, así como en campos cultivados y huertos (Wyse et al., 1986; Wall & Friesen, 1989). En Reino Unido se encuentra también en hábitats antropogénicos incluyendo vertederos, suelos alterados y tierras cultivadas y prefiere suelos ricos y húmedos en tierras bajas, y en Bélgica también muestra preferencia por suelos bien iluminados, arenosos, húmedos y ricos en nutrientes (Branquart et al., 2007). Es una planta fácilmente cultivable, que se adapta bien a un amplio rango de tipos de suelo y niveles de pH en una posición soleada. Aunque su productividad es mayor en suelos ricos y ligeramente alcalinos, es un cultivo adecuado para regiones secas y suelos pobres, con un mayor rendimiento que la patata, produciendo hasta 18 toneladas de tubérculos por hectárea (Hua et al., 2007; Yong Ma et al., 2011). Kompa?a-B?ba & B?o?ska (2008) estudiaron la composición florística de parches que contenían H.

tuberosus en Polonia y vieron que podía invadir diferentes tipos de comunidades vegetales, tanto naturales como antropogénicas. En cultivos se asocia con malezas propias de tales lugares (Pacanoski & Mehmeti, 2020). Su invasividad le permite transformar completamente algunas comunidades en Alemania (Kompa?a-B?ba & B?o?ska, 2008).

También puede crear parches monodominantes en orillas de ríos pobres en especies (CABI, 2020). En España habita en lugares húmedos y/o biotopos con fuerte influencia antropogénica, como márgenes de acequias poco cuidadas, bordes de ríos ricos en materia orgánica, linderos de campos con humedad edáfica, etc. Forma poblaciones muy vistosas, pero siempre localizadas y aisladas entre sí, y por el momento no está generando problemas de conservación a los ecosistemas naturales (Sanz et al., 2004).

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Invasividad

Se considera una maleza en áreas de conservación naturales y seminaturales, ya que una vez establecida es difícil de erradicar y puede formar densos rodales homogéneos (Pilkington, 2011; Balogh, 2006). Sobre el hábitat - Puede producir poblaciones densas, persistentes y monoespecíficas a lo largo de ríos, orillas y planos de inundación, donde compite con las especies nativas, ralentiza la colonización natural por árboles, favorece la erosión de las orillas de los ríos y puede dañar las estructuras de protección contra inundaciones (Krippel & Colling, 2006; Pfeiffenschneider et al., 2014). Tiene menos raíces finas que la vegetación ribereña nativa y deja el suelo desnudo y desprotegido cuando muere en otoño. Además, sus tubérculos son desenterrados por roedores resultando en más daños a las orillas y diques de protección contra inundaciones (Hartmann et al., 1995; Kowarik, 2003). Sobre las especies autóctonas - Debido a su agresivo crecimiento, intensa capacidad de reproducción vegetativa, efecto de sombreado y raíces alelopáticas, que pueden suprimir el crecimiento de las plantas cercanas (Tesio et al., 2010), supera competitivamente a la mayoría de especies nativas y es una amenaza para la biodiversidad en hábitats húmedos, hábitats naturales extensamente gestionados, áreas ribereñas y pantanos (Hartmann et al., 1995; Kowarik, 2003). Al formar densas poblaciones en orillas de ríos y llanuras de inundación, afecta a la vegetación nativa de la orilla.

Las herbáceas reducen su cobertura y abundancia, y los árboles son incapaces de regenerarse bajo el dosel de H. tuberosus. Las llanuras de inundación son escasas en el centro de Europa debido a los embalses y al control de inundaciones, por lo que este efecto es crítico para la conservación de la naturaleza.

Además, los insectos fitófagos y polinizadores pueden ser afectados por el desplazamiento de las plantas de las que se alimentan (CABI, 2020).

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Ecología de poblaciones

B, BI, CS, GI, HU, L, M, MU, NA, SA, SG, SS, T, TE, V, VA, Z, ZA. Tendencia demográfica poco conocida, aunque probablemente se encuentre en expansión ya que se ha citado en numerosas localidades y se trata además de una especie con alta capacidad invasora.

Atlas de las plantas alóctonas invasoras de España (2004)
Gestión

Desarrolladas - En Alemania lograron controlarse exitosamente las poblaciones invasoras de H. tuberosus tras dos años consecutivos segando las plantas dos veces al año (Wagner, 1988). En grandes áreas puede hacerse con maquinaria agrícola si el terreno lo permite, mientras que en infestaciones pequeñas o sobre suelo blando se hace con recortadoras manuales o podadoras. En Eslovaquia (Fehér & Kon?eková, 2009) y Hungría (Fehér & Kon?eková, 2001) también se comprobó la eficacia de la siega.

Esta debe hacerse en el momento adecuado, antes del final de junio (Swanton et al., 1992), cuando los tubérculos del año anterior son consumidos por la planta y los nuevos todavía no se han formado (Hartmann et al., 1995). Balogh (2006) sugiere que la siega debe hacerse varias veces al año, cuando las plantas alcanzan 50 cm de altura. Estas usan las reservas de los tubérculos principalmente para el desarrollo de nuevos brotes.

Al cortar los brotes, la posibilidad de que desarrollen nuevos propágulos decrece considerablemente. Otra medida que se ha llevado a cabo para el control de H. tuberosus en cultivos es la aplicación de herbicidas.

Por ejemplo, el glifosato y dicamba fueron efectivos en cultivos de forrajeras en Corea (Park et al., 2001) y distintas combinaciones de clopyralid, 2,4-D y dicamba también fueron efectivas en cultivos de cebada en Canadá (Wall et al., 1986). El control químico debe hacerse pronto, por ejemplo, en cultivos de soja, Wyse et al. (1986) recomendaban que el crecimiento de H.

tuberosus fuese controlado a las 6 semanas de plantar debido a su fuerte capacidad competitiva. Dos aplicaciones de glifosato durante la estación de crecimiento garantizaban el control de H. tuberosus en cultivos de soja resistente al glifosato (Pacanoski & Mehmeti, 2020).

Sin embargo, la aplicación de glifosato en un barbecho de verano proporcionó un control marginal la planta durante el verano de la aplicación y redujo el crecimiento al año siguiente en solo uno de tres experimentos (Wall et al., 1986). Janikova et al. (2020) probaron métodos de gestión mecánicos, químicos y sus combinaciones para la eliminación de H.

tuberosus. La siega regular impide la floración, pero la reproducción es principalmente vegetativa. La siega puede limitar el desarrollo de los rodales, pero es un proceso a largo plazo, siendo necesario segar regularmente durante varios años.

Al combinar la siega con el desenterramiento de tubérculos se elimina la fuente de distribución vegetativa, lo que parece ser efectivo. Sin embargo, la excavación manual es muy exigente y poco factible. El herbicida natural HERBISTOP, cuyo ingrediente activo es el ácido pelargónico, mostró una eficacia muy baja ya que los tubérculos permanecieron intactos, así como las puntas de las plantas más altas, siendo capaces de florecer.

Sin embargo, la aplicación de BOFIX, cuyas sustancias activas son clopyralid, fluroxypyr y MCPA, fue relativamente exitosa: en la mayoría de plantas los órganos de asimilación fueron gravemente dañados, las puntas de crecimiento deformadas y sin flores, y los tubérculos relativamente más pequeños y deformes. En la siguiente estación, solo crecieron unos pocos individuos. El método más efectivo fue la combinación de la siega manual con la aplicación de herbicidas adecuados (BOFIX) y la siega mecánica.

Las áreas tratadas de esta forma quedaban libres de plantas y de tubérculos incluso al año siguiente. Labant-Hofman & Kazinczi (2014) consiguieron también una gran eficacia (96%) en el control de H. tuberosus con tratamientos combinados de herbicidas aplicados en otoño, tras la siega. Propuestas - Debido a su potencial invasor, debe eliminarse cuando se observe su presencia, sobre todo en ambientes riparios naturales.

La retirada manual o mecánica solo será efectiva si se extraen todos los tubérculos del suelo, ya que en caso contrario el rebrote es seguro. En ambientes agrícolas puede recurrirse al empleo de herbicidas, sobre todo para el control del rebrote. Tanto l.

Memorias Técnicas Justificativas de Especies Exóticas Invasoras
Autoridad Aplicación Conservación
UICN LC (Preocupación menor) Mundial
  • - Lista patrón de las especies silvestres presentes en España
  • - Atlas de las plantas alóctonas invasoras de España (2004)
  • - Catálogo español de especies exóticas invasoras (RD 630/2013)
  • - Inventarios florísticos recopilados en los trabajos de campo del Catedrático D. Juan Ruiz de la Torre
  • - Informe sexenal sobre Especies Exóticas Invasoras en aplicación del Reglamento (UE) nº 1143/2014
  • - CONECT-e (CONocimiento ECológico Tradicional). Abril 2020.
  • - Listado de especies exóticas invasoras de la Comunitat Valenciana.
  • - Lista Roja de la UICN (Mundial) - IUCN Red List of Threatened Species (Global Assessment)
  • - Mapa Forestal de España a escala 1:200.000 (MFE200), 1985-1996.
  • - Principales especies presentes en espacios RAMSAR
  • - Especies registradas en el P.N. de Sierra de Guadarrama
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