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Espacios protegidos

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Nombre Figura de protección Descripción
Badina Escudera Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
Geológicamente, la zona corresponde a rellenos cuaternarios de fondo de valle dispuestos sobre las terrazas del río Aragón (terraza media o terraza de Cadreita) que, en este sector, están deformadas. Los materiales de las terrazas son gravas y arenas con poco limo y arcilla, y en los rellenos de fondo de valle, arcillas y limos. En una capa inferior se encuentran las arcillas y yesos del terciario continental de la Depresión del Ebro. El nivel de gravas y arenas de la terraza media presenta una permeabilidad media-alta dando lugar al acuífero aluvial conectado hidráulicamente con la terraza baja del río Aragón y con el propio río. Sin embargo, Badina Escudera se ha desarrollado sobre el recubrimiento arcilloso-limoso cuaternario y ha penetrado en una profundidad del orden de 1-2 metros en estos materiales, pudiendo en algún sector llegar a alcanzar los niveles acuíferos de gravas y arenas subyacentes, por lo que el fondo puede estar constituido por ambos tipos de materiales . La aridez del clima, el tipo de suelo y la pobre red de drenaje superficial explican que, en condiciones de secano, la Badina recibiera únicamente escorrentía subterránea en las épocas más lluviosas: el carácter temporal de las zonas húmedas está causado por la intensa evaporación durante los periodos de estiaje . Desde un punto de vista del funcionamiento hidrogeológico, la Badina Escudera y las zonas húmedas del sector constituyen el sistema de descarga natural de flujos subterráneos más o menos locales, de aguas muy mineralizadas. El nivel del agua del acuífero es somero (se encuentra situado a unos pocos metros de la superficie del terreno), especialmente en las zonas topográficamente más bajas, y la cuenca hidrológica de Badina Escudera tiene unas 500 ha. El área de recarga del acuífero se circunscribe a los terrenos de textura más gruesa (gravas y arenas con poco limo y arcilla), de permeabilidad media-alta, con una superficie de unas 260 ha que constituyen los principales relieves del entorno y sobre los cuales se asientan parte de los regadíos. La descarga del sistema subterráneo se produce, por un lado, en la Badina, en la que está condicionada por la evaporación, y por otro en el fondo de otros valles que terminan descargando en el río Aragón. En este último caso, la descarga debe discurrir a través de los rellenos cuaternarios de los fondos de valle conectados con la llanura de inundación del río. La zona saturada del acuífero detrítico se sitúa próxima a la superficie del terreno, llegando, incluso, a ser interceptada por ésta en sus puntos topográficamente más bajos, formando lagunas y zonas húmedas. Existe una estrecha relación entre el acuífero y las zonas húmedas. Por ello, tanto la existencia de estos enclaves como sus principales características y comportamientos están ligados directamente a las del agua subterránea contenida en gravas y arenas. Siendo esto así, un aumento de la recarga supone un aumento en la misma proporción en la descarga de la Badina y del flujo subterráneo hacia el Aragón. El volumen descargado en la Badina Escudera se estima en unos 300.000 m3/año de media, y otro tanto se descarga en el río Aragón. Badina Escudera ocupa dos cubetas endorreicas que se orientan en dirección SE-NO produciendo una orografía ondulada de sinclinales y anticlinales con una pequeña pendiente hacia la margen izquierda del río Aragón (dirección noroeste). Algunas de esas cubetas drenan sus aguas en el río Aragón, como es el caso del barranco Salado que se sitúa al norte de este espacio natural. Sin embargo, Badina Escudera presenta características de endorreísmo, es decir, lagunas que no están conectadas con ningún cauce. El espacio se encuentra totalmente rodeado de cultivos agrícolas quedando delimitada en su práctica totalidad por pistas de acceso a cultivos y el trazado del Tren de Alta Velocidad en su límite este. La autopista AP-15 atraviesa el espacio de manera casi perpendicular rompiendo la línea de las dos cubetas endorreicas y formando 4 balsas bien diferenciadas.
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Rio Ebro Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
El Lugar se encuentra enmarcado entre las tierras de la Ribera Tudelana por la margen derecha y el paraje natural de las Bardenas Reales por su margen izquierda. Se emplaza en la unidad geológica de la depresión del Ebro, formada por un importante paquete de materiales terciarios de naturaleza detrítica, cuya potencia supera varios cientos de metros. Litológicamente está formada por conglomerados, areniscas en bancos continuos, limos, arcillas y algunas capas delgadas de caliza y yeso. Sobre estos materiales terciarios, se ha desarrollado una importante cobertera cuaternaria, originada por los materiales de acarreo de los ríos Ebro y Queiles, en la que distinguimos al menos tres niveles de acumulación o terrazas. Los materiales que constituyen estos depósitos son gravas, arenas, limos y arcillas, abundando más una u otra granulometría en función de las características sedimentológicas del cauce. Dentro de la cobertera cuaternaria, también se encuentran los glacis de erosión, que se desarrollan tanto a partir de las terrazas aluviales antiguas, como a partir de los relieves producidos por los materiales del Terciario Continental. Los distintos materiales presentes, tienen un comportamiento hidrogeológico claramente diferenciado entre sí. Por un lado, las arcillas y los limos con niveles de areniscas y conglomerados, restringidos a paleocanales, del Terciario, dada su baja porosidad eficaz, se comportan como una unidad prácticamente impermeable, únicamente los niveles de areniscas y conglomerados, pueden proporcionar caudales exiguos, con un contenido medio-alto de sustancias disueltas. En todo caso, y dada la potencia del tramo, se debe considerar a esta unidad como un zócalo impermeable. Los materiales cuaternarios, que forman el recubrimiento detrítico existente en el área, constituyen el único nivel permeable de la misma. Las terrazas aluviales antiguas tienen pocas posibilidades como acuíferos, debido a que las gravas suelen estar cementadas, y presentan una costra calcárea en la parte superficial que dificulta la infiltración, aparte de que al quedar colgadas y desconectadas de otros materiales pierden el agua acumulada con relativa rapidez. Las terrazas bajas presentan interés como acuíferos, dada la permeabilidad de las mismas, que será tanto mayor cuanto menor sea su contenido en materiales finos. Están compuestas fundamentalmente por gravas, arenas, limos y arcillas. La recarga de estos materiales cuaternarios tiene lugar por la precipitación directa, por la infiltración de los excedentes de riego y por las aportaciones subterráneas de los glacis conectados en ocasiones con estas terrazas. El río Ebro en su tramo navarro entre Castejón y Cortes se encuentra en su curso medio, en una zona donde se imponen los procesos de sedimentación frente a los de erosión. Presenta numerosos meandros (hasta 20) con grandes radios de giro; la anchura del cauce oscila entre 60 y 200 m y se observan 4 cauces secundarios y 3 meandros abandonados. Las infraestructuras transversales hacen todavía más lento el flujo del agua en este tramo que en sus 45 km tan solo salva 40 metros de desnivel. El régimen hidrológico es pluvio-nival con influencia oceánica de la cabecera del Ebro y del Pirineo navarro y occidental que produce caudales notables en invierno además de una mayor frecuencia de crecidas. Tras la llegada del Aragón-Arga, aguas arriba del límite del Lugar, el Ebro casi duplica su caudal, y a partir de ahí las aportaciones son mínimas mientras que hay dos derivaciones importantes: Canal de Tauste (7,6 m3/s) y Canal Imperial de Aragón (23m3/s). El río Ebro atraviesa de NW a SE, todo el sector Bardenero-Monegrino de Navarra (distrito Bardenero), caracterizado por su clima seco y sus sustratos ricos en yesos (Loidi y Báscones, 2006). Presenta unos rasgos típicamente de llanura (ancho, caudaloso, encajado y con escasa pendiente) y enmarcado en una cuenca eminentemente agrícola. La banda de vegetación riparia pertenece a la geoserie mediterránea ibérica central mesomediterránea de las alamedas blancas fluviales (Loidi y Báscones, 2006). Esta geoserie está compuesta por varias series: la serie de las saucedas (Salico neotrichae S.), de las alamedas y olmedas (Rubio-Populo albae S.) y los tamarizales (Tamarico gallicae S.) (Peralta, 2002). La sauceda ocupa la banda más cercana a las aguas instalándose en la zona del cauce que se inunda por las crecidas. Inmediatamente detrás, ocupando una franja que sólo se inunda ocasionalmente en las grandes crecidas, se encuentra una vegetación dominada por grandes sauces (Salix neotricha) y sobre todo por álamos blancos (Populus alba). Las vegas de fondo de valle, más o menos amplias, a las que muy rara vez alcanza la inundación, con suelos frescos siempre húmedos, están ocupadas por un bosque dominado habitualmente por el chopo (Populus nigra). Por último, la arboleda de tarayales o tamarices, ocupa, en ocasiones, la posición más alejada del agua, entre la olmeda y la serie de vegetación de las laderas, menos influida por el incremento de humedad edáfica propio de fondos de valle y asociada en muchos casos a cierto grado de salinidad. El río Ebro en su papel de corredor ecológico, proporciona importantes hábitats para un gran número de especies de fauna residente y migratoria. Por un lado, el corredor fluvial representa una zona de cría, refugio y alimentación tanto para especies ligadas a medios acuáticos (aves acuáticas, galápago europeo, lamprehuela, fraile, visón, nutria, etc.) como para aquellas otras no estrictamente asociadas a los medios riparios (aves rapaces, paseriformes, quirópteros, etc.). Por otra parte, el corredor también es utilizado por determinadas especies migratorias como vía preferencial en sus movimientos (cigüeña negra, águila pescadora, etc.) y por algunas aves invernantes, que buscan en los sotos y/o en el río áreas de descanso (dormideros) y zonas de alimentación (cormoranes, garzas y gaviotas).
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Balsa del Pulguer Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
Balsa originada en una primitiva zona endorreica embalsada al menos desde el siglo XVII. Su volumen actual es de 2 hm3 y ocupa una superficie de unas 30 ha. Recibe apportes del río Alhama a través del río Boquerón, sobrantes del riego de invierno y primavera de los términos de Corella y Cintruénigo. Las aguas de dicho río son estacionales y están sometidas a concesión de explotación. El agua capturada por la cuenca de recepción (1.207 has.) es insuficiente para mantener una lámina permanente de agua. No existe recarga por aguas subterráneas ya que el lecho es prácticamente impermeable y no existen afloramientos. Se sitúa en las proximidades de la margen sur de la unidad geológica de la depresión del Ebro. Dicha unidad está formada por un importante paquete de materiales terciarios de naturaleza detrítica, cuya potencia supera varios cientos de metros. Litológicamente está formada por conglomerados, areniscas en bancos continuos, limos, arcillas y algunas capas delgadas de caliza y yeso. Sobre estos materiales terciarios, se ha desarrollado una importante cobertera cuaternaria, originada por los materiales de acarreo de los ríos Ebro y Queiles, en la que distinguimos al menos tres niveles de acumulación o terrazas, situándose la laguna del Pulguer en el nivel inferior. Los materiales que constituyen estos depósitos son gravas, arenas, limos y arcillas, abundando más una u otra granulometría en función de las características sedimentológicas del cauce. En el caso que nos ocupa, estos materiales son fundamentalmente arcillosos. También se encuentran los glacis de erosión, que se desarrollan tanto a partir de las terrazas aluviales antiguas, como a partir de los relieves producidos por los materiales del Terciario Continental. En el área que aquí nos ocupa, presentan una composición fundamentalmente limo-arcillosa con cantos sueltos, por lo que su permeabilidad será escasa. La recarga de estos materiales cuaternarios tiene lugar por la precipitación directa, por la infiltración de los excedentes de riego y por las aportaciones subterráneas de los glacis conectados en ocasiones con estas terrazas. Desde un punto de vista biogeográfico de detalle el Lugar está situado en el sector Bardenero-Monegrino de la Región Mediterránea. La serie de vegetación se corresponde con la geoserie halohigrófila de los saladares (cabeza de serie: Suaedo braun-blanquetii-Tamaricetum canariensis), mientras que el entorno de la zona húmeda pertenece a la serie mesomediterránea de la coscoja o Quercus coccifera (cabeza de serie: Rhamno lycioidis-Quercetum cocciferae). Entre los hábitas higrófilos se encuentran las comunidades ligadas a las zonas de descarga del sistema endorreico y a los procesos de inundación y evaporación. Representan alrededor del 60% de la superficie total de los hábitats naturales. Por otro lado, los hábitats no higrófilos ligados a las zonas de recarga y a la vegetación xerófila situada hacia el cinturón exterior del humedal, ocupan alrededor del 20% de la superficie del LIC. Otro 20% de superficie se corresponde con aguas libres, cultivos, hábitats nitrófilos o plantaciones de Pinus halepensis.
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Peñadil, Montecillo y Monterrey Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
En el Lugar cabe distinguir dos zonas claramente diferenciadas por los componentes litológicos del sustrato: aproximadamente la mitad oeste del Lugar está ocupada por yesos cristalinos de carácter muy puro, de 10?15 m de potencia máxima; y la mitad este por arcillas, con niveles de caliza y distintas concentraciones de yeso. Lo que supone una clara diferencia en la vegetación natural que aparece en ambas zonas. La mayor originalidad del Lugar desde el punto de vista litológico, y en consecuencia también la vegetación y los hábitats que soporta, se dan en el sector occidental, ya que este tipo de sustrato litológico de yesos cristalinos sólo aparece en Navarra en una estrecha banda en el extremo sur de la región entre Fitero y Ablitas. Rompiendo las planas, aparecen áreas deprimidas resultado de la erosión hídrica diferencial, donde aparecen materiales aluviales cuaternarios; con formas más o menos redondeadas y amplias, donde el agua discurre sin aflorar a la superficie (?vales?) en la zona con yesos, y más abarrancadas con agua superficial en los momentos de lluvia en la arcillosa. La pobreza de los suelos que se desarrollan en estos ambientes esteparios ibéricos, nada tienen que ver con la fertilidad de las estepas típicas del este europeo. La presencia de distintas concentraciones de yesos es el principal factor que caracteriza los suelos de las estepas del Valle del Ebro, lo que crea unas condiciones edafológicas muy difíciles de soportar por los vegetales; en ambientes que sólo pueden ser colonizados por plantas muy especificas, adaptadas a estas duras condiciones, algunas de ellas endémicas. La erosión es un proceso natural en el Lugar; aunque supone un problema importante, especialmente por pérdida y empobrecimiento de suelo: el 90% de su superficie presenta erosión potencial muy alta, alta o moderada; y el 65% presenta erosión actual moderada, fuerte o muy fuerte.
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Robledales de Ultzama y Basaburua Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
El Lugar se ubica en la comarca de los Valle Meridionales de la Montaña navarra, al pie de las montañas de la divisoria de aguas cantábrico-mediterránea, concretamente ocupando parte de Ultzama, Basaburua y Odieta, éste último en un pequeño porcentaje Gran parte del espacio pertenece a la serie navarro-alavesa del roble o Q. robur (Crataego laevigatae-Querceto roboris sigmetum) que aparece sobre suelos meso- a eutrofos profundos de suelo de valle con buena disponibilidad de nutrientes y próximidad del freático. Estos suelos, aptos para la agricultura y los prados de siega, han favorecido su alta humanización secular. El bosque potencial es un robledal de Q. robur. La primera etapa de sustitución es un espinar de estructura densa e intrincada, que es observable en numerosos setos de lindes y parcelas y que es muy importantes para el mantenimiento de la zoocenosis. Si se siega y estercola deviene a un prado de siega de Cynosurion.
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Sierra de Gredos Zonas de Especial Proteccion para las Aves (Directiva Aves)
(Categoría UICN: No aplica)
En el centro de la península Ibérica, actuando de divisoria entre las cuencas del Duero y del Tajo, se levanta la cordillera Central, que alcanza en la sierra de Gredos su mayor relevancia. El tramo más ancho tiene 40 km en dirección Norte-Sur, y su longitud supera los 140 km en dirección Este-Oeste. Los materiales de la cordillera Central se originaron con el proceso tectónico que hizo emerger la península Ibérica de las aguas de un mar poco profundo, hace unos 300 millones de años, conformando estos materiales granítico-metamórficos la fracción más antigua del territorio hispano. Durante la Orogenia Alpina, estos materiales de nuevo fueron oprimidos entre dos placas terrestres. La consecuencia fue el levantamiento de la cordillera Central, fracturándose en bloques, unos elevados llamados «horsts» y otros hundidos, «grabens». Ya en el Cuaternario, la sierra sufrió importantes modificaciones a causa de la erosión de las aguas torrenciales, muy significativa en la vertiente meridional, y de la acción glaciar, principalmente en la vertiente septentrional, que impuso su peculiar morfología: valles en forma de ?U?, circos y lagunas glaciares, hombreras y morrenas. Se han contabilizado 41 glaciares en Gredos, con sus tres subtipos más característicos: de valle (Glaciar de la Nava, Glaciar de Bohoyo, Glaciar de Gredos...), de circo (Glaciar de la Cruz, Glaciar de Gamellones...) y de ladera (Glaciar de las Chorreras, Glaciar del Canchito...), constituyendo así el mejor conjunto de glaciarismo cuaternario en el interior de la Península. El corazón del Parque lo constituye el Circo de Gredos, en cuyo fondo se ubica la Laguna Grande, rodeada de un entorno en el que los cuchillares, galayos, riscos, gargantas y cubetas marcan los contrastes de un relieve accidentado, presidido por el pico Almanzor, que con sus 2.592 metros, es la máxima altura de todo el Sistema Central. El modelado periglaciar, mediante la gelifracción o rotura de las rocas por el aumento de volumen del agua infiltrada en sus grietas cuando se congela, origina el aspecto picudo de estas cumbres, con sus cuchillares ?«Los Galayos»?, canchales, etc. Debido a su situación geográfica, a los fuertes desniveles y a la distinta orientación de sus laderas, la sierra de Gredos representa un lugar excepcional en cuanto a su diversidad florística. Las diversas especies vegetales aparecen distribuidas en pisos superpuestos que alcanzan su culminación en el piso alpino, el más interesante de todos ya que en el mismo se han localizado un gran número de endemismos botánicos. En la cara norte el matorral es predominante, ya sea el piornal o la mezcla de leguminosas. La escasa vegetación arbórea de la cara norte está constituida principalmente por los pinares de Pinus sylvestris de Navarredonda de Gredos y Hoyos del Espino, así como por manchas de rebollo en el valle del Tormes. La encina se presenta predominante en estrato arbustivo con algunas formaciones adehesadas muy escasas. El mosaico de la vegetación se completa con la existencia de praderías naturales, pastos de siega, frutales y cultivos en los alrededores de los pueblos. En la cara sur, por el contrario, abundan los pinares de Pinus pinaster, alternándose con cultivos de olivos, viñas, cerezos e higueras en terrazas y bancales, o pequeñas masas de castaños (Castanea sativa) en las laderas que cobijan a los núcleos de población. La zona llana se dedica a cultivos o pastos extensivos y abiertas dehesas de encina, alcornoque o rebollo. Aparecen aquí jarales y brezales ocupando grandes extensiones. En las márgenes de todos los cursos de agua se instalan especies ripícolas de un modo testimonial. Reseñar la presencia de pequeños grupos o ejemplares aislados de loros (Prunus lusitanica) que se encuentra en la parte baja de las gargantas de esta cara meridional. La elevada altitud de esta Sierra, unida a la mayor continentalidad del clima en los pisos superiores, ha favorecido los fenómenos de aislamiento poblacional y la presencia de especies de fauna y flora de distribución típicamente eurosiberiana. Es de destacar la presencia de varias especies de flora rupícola endémicas de la sierra.
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Sierra de Gredos Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
En el centro de la península Ibérica, actuando de divisoria entre las cuencas del Duero y del Tajo, se levanta la cordillera Central, que alcanza en la sierra de Gredos su mayor relevancia. El tramo más ancho tiene 40 km en dirección Norte-Sur, y su longitud supera los 140 km en dirección Este-Oeste. Los materiales de la cordillera Central se originaron con el proceso tectónico que hizo emerger la península Ibérica de las aguas de un mar poco profundo, hace unos 300 millones de años, conformando estos materiales granítico-metamórficos la fracción más antigua del territorio hispano. Durante la Orogenia Alpina, estos materiales de nuevo fueron oprimidos entre dos placas terrestres. La consecuencia fue el levantamiento de la cordillera Central, fracturándose en bloques, unos elevados llamados «horsts» y otros hundidos, «grabens». Ya en el Cuaternario, la sierra sufrió importantes modificaciones a causa de la erosión de las aguas torrenciales, muy significativa en la vertiente meridional, y de la acción glaciar, principalmente en la vertiente septentrional, que impuso su peculiar morfología: valles en forma de ?U?, circos y lagunas glaciares, hombreras y morrenas. Se han contabilizado 41 glaciares en Gredos, con sus tres subtipos más característicos: de valle (Glaciar de la Nava, Glaciar de Bohoyo, Glaciar de Gredos...), de circo (Glaciar de la Cruz, Glaciar de Gamellones...) y de ladera (Glaciar de las Chorreras, Glaciar del Canchito...), constituyendo así el mejor conjunto de glaciarismo cuaternario en el interior de la Península. El corazón del Parque lo constituye el Circo de Gredos, en cuyo fondo se ubica la Laguna Grande, rodeada de un entorno en el que los cuchillares, galayos, riscos, gargantas y cubetas marcan los contrastes de un relieve accidentado, presidido por el pico Almanzor, que con sus 2.592 metros, es la máxima altura de todo el Sistema Central. El modelado periglaciar, mediante la gelifracción o rotura de las rocas por el aumento de volumen del agua infiltrada en sus grietas cuando se congela, origina el aspecto picudo de estas cumbres, con sus cuchillares ?«Los Galayos»?, canchales, etc. Debido a su situación geográfica, a los fuertes desniveles y a la distinta orientación de sus laderas, la sierra de Gredos representa un lugar excepcional en cuanto a su diversidad florística. Las diversas especies vegetales aparecen distribuidas en pisos superpuestos que alcanzan su culminación en el piso alpino, el más interesante de todos ya que en el mismo se han localizado un gran número de endemismos botánicos. En la cara norte el matorral es predominante, ya sea el piornal o la mezcla de leguminosas. La escasa vegetación arbórea de la cara norte está constituida principalmente por los pinares de Pinus sylvestris de Navarredonda de Gredos y Hoyos del Espino, así como por manchas de rebollo en el valle del Tormes. La encina se presenta predominante en estrato arbustivo con algunas formaciones adehesadas muy escasas. El mosaico de la vegetación se completa con la existencia de praderías naturales, pastos de siega, frutales y cultivos en los alrededores de los pueblos. En la cara sur, por el contrario, abundan los pinares de Pinus pinaster, alternándose con cultivos de olivos, viñas, cerezos e higueras en terrazas y bancales, o pequeñas masas de castaños (Castanea sativa) en las laderas que cobijan a los núcleos de población. La zona llana se dedica a cultivos o pastos extensivos y abiertas dehesas de encina, alcornoque o rebollo. Aparecen aquí jarales y brezales ocupando grandes extensiones. En las márgenes de todos los cursos de agua se instalan especies ripícolas de un modo testimonial. Reseñar la presencia de pequeños grupos o ejemplares aislados de loros (Prunus lusitanica) que se encuentra en la parte baja de las gargantas de esta cara meridional. La elevada altitud de esta Sierra, unida a la mayor continentalidad del clima en los pisos superiores, ha favorecido los fenómenos de aislamiento poblacional y la presencia de especies de fauna y flora de distribución típicamente eurosiberiana. Es de destacar la presencia de varias especies de flora rupícola endémicas de la sierra.
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Pinar de Hoyocasero Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
El Pinar de Hoyocasero es un espacio de relieves moderados, situado entre los escarpes septentrionales del macizo de Gredos y los meridionales de las Sierras de Paramera y Serrota. Se enclava en el margen izquierdo de la fosa tectónica por la que discurre el río Alberche. El substrato sobre el que se asienta esta masa forestal es fundamentalmente granítico, pudiéndose encontrar afloramientos rocosos con formas típicas de berrocal. Se trata de un enclave que conjuga ecosistemas de matorral mediterráneo, elementos florísticos eurosiberianos y elementos ibéricos de montaña. Su situación le confiere características de bosque isla. La vegetación está dominada por un bosque de pino silvestre (Pinus sylvestris) con rebollo (Quercus pyrenaica). En general el melojo ocupa las zonas bajas y las vaguadas y forma parte en muchos puntos del sotobosque del pinar, estando ocupadas las cotas más altas por escobonales y roquedos. En los fondos de vaguada, en zonas llanas sobre suelos temporalmente hidromorfos se encuentran prados mesófilos de siega y cervunales; en zonas de mayor hidromorfía aparecen de modo puntual comunidades higroturbosas.
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Sierra de la Paramera y Serrota Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
Las sierras de Paramera y Serrota, como pertenecientes a la cordillera Central, se caracterizan por formar parte del zócalo hercínico constituido por materiales ígneos del paleozoico, fundamentalmente graníticos, y donde la tectónica de fractura es fundamental al elevar estos dos horst con una orientación longitudinal preferente E-O, sobre las fosas del Amblés y del Alberche a la vez que otra falla con dirección N-S los individualiza, la del puerto del Pico que se prolonga por el collado del puerto de Menga. Junto a ella destacar la presencia de diversas formas de modelado: arrasamientos erosivos, alteraciones de las rocas, encajamientos fluviales, pero reseñar especialmente el modelado glaciar y periglaciar, más importante el segundo (valles en cuna, nichos de nivación, pedreras,...) que el primero, reducido a formas de transición del modelado glaciar al nival. Las cumbres de estas sierras están arrasadas por la erosión del glaciar cuaternario, siendo la sierra de la Paramera un ejemplo magnífico. Las cumbres de la cordillera Central fueron retocadas por los hielos cuaternarios, no quedando ajenos estos dos horts. Este macizo aislado, conoció la presencia de los hielos, los cuales dejaron labrados en estas rocas cristalinas cinco aparatos glaciares, siendo el más importante el glaciar de los Hornillos. La formación de matorral es en este Espacio la predominante, ya sea el piornal, dominado por Cytisus oromediterraneus acompañado por Genista cinerascens, G. florida, y Cytisus scoparius, o la mezcla de diferentes especies de leguminosas y cistáceas, pudiéndose encontrar también helechares mezclados con un matorral de labiadas. En los lugares menos atacados por el fuego se encuentran enebrales de Juniperus communis subsp. alpina y de modo muy puntual comunidades con erizón (Echinospartum ibericum). Los pastizales, fruto del uso preferentemente ganadero del territorio, tienen gran importancia con la presencia de pastizales crioturbados de Festuca gredensis, y cervunales en los que domina Nardus stricta como comunidades más representativas, sin olvidar otros como berciales de Stipa gigantea, vallicares de Agrostis castellana o cerrillares de Festuca elegans. Las formaciones arbóreas presentan escasa entidad, destacando las masas de Quercus pyrenaica en las partes bajas junto a las encinas, que adquieren casi siempre la forma de monte adehesado, y que han sobrevivido a la secular deforestación producida por quemas ganaderas reiteradas y sobrepastoreo. En las márgenes de los ríos aparecen retazos del típico bosque galería a base de chopos y sauces. Respecto a las masas de repoblación destacan los pinares de P. sylvestris y P. pinaster.
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Riberas del Rio Alberche y afluentes Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
El río Alberche discurre por terrenos graníticos, sirviendo de frontera natural entre las sierras de Gredos y de Guadarrama. El Espacio incluye varios tramos fluviales de la subcuenca del río Alberche: un tramo del río Alberche, un tramo del Arroyo de la Garganta de Navalacruz y un tramo del Arroyo del Horco. Estos tramos fluviales se caracterizan por presentar aguas oligotróficas y pobremente mineralizadas. Numerosos tramos de la zona presentan un estado de conservación y una belleza excepcionales, discurriendo el río entre gargantas y praderías, alternando tramos de aguas bravas con zonas remansadas y abundantes pozas. La vegetación de ribera está dominada principalmente por saucedas, fresnedas y alisedas.
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Encinares de la Sierra de Avila - ZEPA Zonas de Especial Proteccion para las Aves (Directiva Aves)
(Categoría UICN: No aplica)
El espacio forma parte de la sierra de Ávila y sus estribaciones, situado al oeste de la capital de esta provincia. Se trata de un territorio de relieves suaves, con una altitud media de 800-1.500 m, donde se alternan colinas y lomas redondeadas con valles poco profundos. Los sustratos predominantes son granitos de edad paleozoica y arenas silíceas fruto de su descomposición, siendo frecuentes los berrocales. En el paisaje vegetal del espacio destacan las masas de encinar silicícola, con Juniperus oxycedrus y Lavandula stoechas pedunculata, adehesado en ocasiones y relativamente poco desarrollado pero que en ocasiones puede llegar a cubrir extensiones considerables de forma continua. Los escobonales de Cytisus scoparius y los jarales de Cistus ladanifer y Cistus laurifolius son los matorrales dominantes. Los usos ganaderos de buena parte del territorio favorecen el desarrollo de extensos pastizales de diferente naturaleza como vallicares, majadales y berceales. En la sierra nacen varios arroyos que pueden presentar algunos tramos con sotos relativamente bien conservados.
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Campo Azalvaro - Pinares de Peguerinos Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
Este Espacio, compartido por las provincias de Ávila y Segovia, se caracteriza por presentar dos sectores claramente diferenciados. Por una parte, los alrededores de Peguerinos, en la cuenca alta del río Cofio, con cotas que alcanzan los 1.900 metros (Cueva Valiente), albergan importantes extensiones de pinares de pino silvestre (Pinus sylvestris), con presencia de pastizales, piornales y roquedos en las cotas más elevadas. El otro sector lo constituye la comarca del Campo Azálvaro que se corresponde con la cuenca alta del río Voltoya, que forma un amplio valle de orientación nordeste-sudoeste con una altitud media elevada (1.250 metros), caracterizado por una extensa llanura dominada por pastizales. En algunos tramos del río todavía se conserva un bosque de ribera en bastante buen estado. En las zonas de menor altitud se encuentran pequeñas superficies de encinares y rebollares, apareciendo de forma aislada bosquetes de pinos, castaños, fresnos o robles en las laderas del valle del Voltoya que alternan en las zonas de mayor altitud con los piornales. En el Espacio se encuentra incluido el embalse del Voltoya (o de los Serones), creado en el año 1982.
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Encinares de los rios Adaja y Voltoya Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
Situada al norte de la ciudad de Ávila, se trata de una zona de relieves suaves donde se alternan colinas y lomas redondeadas con valles poco profundos. La zona es atravesada por los ríos Adaja y Voltoya, que presentan bosques de ribera generalmente bien conservados, con muy buenos ejemplos en tramos determinados. Estos dos ríos discurren en este espacio por amplios valles en los que son frecuentes los berrocales. La vegetación dominante es un encinar relativamente poco desarrollado pero que en ocasiones puede llegar a cubrir extensiones considerables de forma continua, predominando masas de encinar silicícola, con Juniperus oxycedrus y Lavandula stoechas pedunculata, tanto adehesadas como en su estado más natural. Los escobonales de Cytisus scoparius y los jarales de Cistus ladanifer y Cistus laurifolius son los matorrales dominantes. Los usos ganaderos de buena parte del territorio favorecen el desarrollo de pastizales de diferente naturaleza como vallicares, majadales y berceales. El espacio incluye la laguna de Taeña, salina y de carácter estacional, masas de agua artificiales como las graveras de Maello junto al río Voltoya, muy naturalizadas en la actualidad, y el embalse de las Cogotas sobre el cauce del río Adaja.
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Encinares de la Sierra de Avila Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
El espacio forma parte de la sierra de Ávila y sus estribaciones, situado al oeste de la capital de esta provincia. Se trata de un territorio de relieves suaves, con una altitud media de 800-1.500 m, donde se alternan colinas y lomas redondeadas con valles poco profundos. Los sustratos predominantes son granitos de edad paleozoica y arenas silíceas fruto de su descomposición, siendo frecuentes los berrocales. En el paisaje vegetal del espacio destacan las masas de encinar silicícola, con Juniperus oxycedrus y Lavandula stoechas pedunculata, adehesado en ocasiones y relativamente poco desarrollado pero que en ocasiones puede llegar a cubrir extensiones considerables de forma continua. Los escobonales de Cytisus scoparius y los jarales de Cistus ladanifer y Cistus laurifolius son los matorrales dominantes. Los usos ganaderos de buena parte del territorio favorecen el desarrollo de extensos pastizales de diferente naturaleza como vallicares, majadales y berceales. En la sierra nacen varios arroyos que pueden presentar algunos tramos con sotos relativamente bien conservados.
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Cerro de Guisando Zonas de Especial Conservacion (Directiva Habitat)
(Categoría UICN: No aplica)
Este espacio abarca el extremo oriental del macizo de Gredos. Se trata de un cerro granítico, de relieves poco pronunciados, que se eleva hasta los 1.300 metros de altitud. El Espacio se encuentra caracterizado por albergar importantes formaciones de pinares de pino resinero (Pinus pinaster), sobre todo en su cara norte. Estos pinares pueden aparecer formando masas mixtas con frondosas en las que aparecen también hábitats azonales como roquedos y pequeñas turberas, dando paso en las caras sur y este a formaciones dominadas por encinares (Quercus ilex) acompañados de enebros de miera (Juniperus oxycedrus) y cornicabras (Pistacia terebinthus) tanto de carácter denso como aclaradas en las zonas de relieve menos pronunciado, donde forman mosaicos adehesados con pastizales y matorrales mediterráneos. Las cotas más altas están ocupadas por matorrales densos y pastizales de montaña, mientras que en los piedemontes se alternan encinares, melojares (Quercus pyrenaica), fresnedas (Fraxinus angustifolia) y castañares (Castanea sativa) en las zonas más húmedas. Entre las formaciones de matorral destacan los escobonales de Cytisus scoparius con Genista falcata que acompañan a los castañares y melojares y cubren los claros de suelos profundos, y por ser hábitat de importancia comunitaria los matorrales retamoides dominados por la retama (Retama sphaerocarpa). En la garganta de la Yedra y en los tramos incluidos de los arroyos Avellaneda y Tórtolas se pueden encontrar importantes alisedas (Alnus glutinosa).
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El sistema de referencia nativo de los datos es WGS 84 (CRS84) en coordenadas geográficas -  EPSG 4326.

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